Corriendo detrás de «el jefe» I. Es quizás el episodio más patético en mucho tiempo en la política local: bastó que Mauricio Macri hablara del entorno presidencial, apuntando específicamente a Santiago Caputo y a Karina Milei, para que el corifeo de prestado que se sostiene de momento en el poder saliera a cacarear en las redes, buscando así presencia mediática. La patética respuesta fue iniciada (liderazgo, es otra cosa) por Sebastián Pareja, al que se le sumaron actores marplatenses en la explicitación de apoyo a quien su hermano, el presidente de la nación, llama «el jefe». Es cierto que en la lid política, el seguidismo y la bajeza humana con tal de pertenecer, amerita un libro de chismes, pero esto, ya es de otra naturaleza.
Corriendo detrás de «el jefe» II. Es una incógnita si la movida patética fue el resultado de una orden política, pero da más bien para pensar que se trata sólo de una sobreactuación de quienes se vendieron como «armadores» de Milei en la provincia y se llevaron una piña enorme, primero, por tener a Carolina Píparo como candidata a gobernador, y luego por acordar con Sergio Massa el armado de las listas, incluido el pedido de dinero para quienes quisieran integrar las mismas. El posteo de Pareja que dio inicio a la catarata de otros de idéntico corte adulón, da vergüenza ajena.
Corriendo detrás de «el jefe» II. El posteo de Sebastián Pareja asegura: «La gesta histórica que hoy encarna nuestro Presidente @JMilei sería imposible sin el trabajo incansable de @KarinaMileiOk, que entre muchas cuestiones fundamentales impide que se antepongan en el camino falsos profetas, viejas prácticas y quimeras que intentan borrar el horizonte del Presidente de la Nación. Gracias, Jefe, por tu entrega infinita y por llevar nuestros sueños de libertad a lo más alto, cuidándolos en beneficio de millones de argentinos». Obsérvese que están arrobados ambos: el presidente y su hermana. A Santiago Caputo lo dejan a su suerte, bueno, o sea, digamos, si es que este esperpento de texto pudiera abrigar a alguien. Como decía el ex presidente Roca: «la política es como el ladrillo se amasa con barro y bosta». Eso sí: hay que tener cuidado con la mescla.
Batalla entre presente y pasado. La discusión que ha adquirido un alto tono entre Agustín Neme (PRO) y Mariana Cuesta (Unión por la Patria, ex kirchnerismo, ex PJ) por la habilitación de una unidad gastronómica en un predio próximo a la ex ESIM, deja expuesto el por qué de unos y otros: para el oficialismo, la propuesta no afecta el predio, no ofende la memoria, y es capital invertido y trabajo. En las expresiones de la curul unida patrióticamente, es equiparar este gobierno municipal con el proceso, a Macri con Videla, y al intendente con un delegado municipal del facto. Habitan en la idea de que el pasado les pertenece y son ellos —los, hoy, unidos patrióticamente— los herederos y únicos habilitados para decir qué hacer y cómo hacer con la memoria. Es un pasado tan a la medida que, por caso, han elegido padecer insania para no tener así presente que Ítalo Argentino Luder, en su campaña presidencial de 1983, aceptaba la ley de impunidad del gobierno militar para los crímenes de lesa humanidad.
Presente y pasado, la batalla. Los unidos patrióticamente —como es de estilo— ya movieron todo el espinel para balar, desde el griterío ramplón, su posición caprichosa y mendaz: se expresaron articuladamente la CGT, la CTA así como distintas organizaciones que van de sociedades de fomento a sellos de los que han vivido de la sangría al Estado vía planes, como cooperativas, etc. Todo antiguo, gastado, y previsible.