El billete más caro del mundo: Moscú quiere meter en la cárcel a una ruso-estadounidense por donar 50 euros al Ejército ucraniano

La Fiscalía rusa pide 15 años de cárcel para Ksenia Karélina, acusada de alta traición.

A la ciudadana ruso-estadouniense Ksenia Karélina puede salirle muy caro su gesto de donar poco más de 50 euros al ejército ucraniano en su defensa de la invasión rusa. Tanto que la Fiscalía rusa ha pedido para ella este jueves una pena de 15 años de cárcel, según ha reconocido un atónito defensor de la acusada, Mijaíl Musháilov.

El panorama judicial se complica para la joven, de 33 años, pese a las presiones internacionales para evitar una pena tan desproporcionada. Se concrete o no esta condena, de momento ya nadie libra a Kerélina del tortuoso proceso judicial en el que está inmersa.

El desenlace se conocerá muy pronto, ya que la sentencia será dictada dentro de una semana, el 15 de agosto, según desveló el abogado defensor a la agencia Interfax.

La estrategia de defensa ha llevado de momento a declararse culpable de los cargos imputados por la Fiscalía después de que el pasado mes de febrero fuera detenida en la ciudad de Yekaterimburgo, capital de los Urales, acusada de girar dinero a Ucrania para la compra de avituallamiento, equipamiento bélico, municiones y armas.

Aunque su defensa ha evitado desvelar el monto enviado por la joven al Ejército ucraniano, el grupo de derechos humanos ruso Pervi Otdel precisó que el 24 de febrero de 2022, el mismo día que comenzó la guerra en Ucrania, giró 51,8 dólares al fondo Razom for Ukraine, creado por ucranianos residentes en Estados Unidos, según Efe.

La sentencia será dictada justamente dos semanas después del canje de presos efectuado entre Rusia y Occidente que incluyó a 24 personas, el mayor desde 1985.

Tres de los canjeados eran ciudadanos estadounidenses, entre los que figuraba el periodista Evan Gershkovich, quien también fue detenido en Yekaterimburgo por espionaje.

Estados Unidos y la oposición rusa acusan al Kremlin de tomar como rehenes a presos políticos y ciudadanos extranjeros con el fin de canjearlos por rusos que cumplen penas en cárceles occidentales.