Australia limitará el número de estudiantes internacionales en medio del descontento por la vivienda

El Gobierno australiano propone que el tope de nuevos estudiantes extranjeros cada año sea de 270.000 alumnos, a partir de 2025, en un intento de crear un “sistema mejor y más justo”. Una decisión que llega luego de que en febrero el país llegara al récord de 700.000 estudiantes internacionales, un número que disparó la migración neta en un 60% en términos interanuales.

Australia quiere apretar el cinturón a la migración y pretende hacer este ajuste a los estudiantes que recibe cada año.

Con el límite de las 270.000 inscripciones anualmente, el Ministerio de Educación pretende que sean distribuidas para 145.000 estudiantes de universidades con fondos públicos, 95.000 para institutos de formación profesional y 30.000 restantes para universidades y centros educativos.

Con el cambio, que debe ser aprobado en el Parlamento donde el Gobierno laborista cuenta con amplia mayoría, “el próximo año habrá aproximadamente el mismo número de estudiantes internacionales que comenzarán un curso aquí que antes de la pandemia”, explicó Clare.

“Habrá más en nuestras universidades y habrá menos en nuestros proveedores privados de formación profesional”, añadió.

El anuncio del Gobierno se produce después de que Australia viera en febrero que el número de estudiantes internacionales superó los 700.000 por primera vez, lo que ayudó a impulsar la migración neta a niveles récord, que también se disparó en un 60%, en comparación interanual.

Para septiembre de 2023 la migración neta al extranjero alcanzó un máximo histórico de 548.800 y la afluencia récord ha avivado las preocupaciones públicas sobre el aumento de los costos de la vivienda.

Y es que los precios de las propiedades en Australia se han disparado más del 40% en todo el país desde el inicio de 2020. El promedio de una vivienda en Sídney está valorada ahora en 965.000 dólares.

En una encuesta de Essential Research publicada el martes, el 69% de los encuestados dijo que la migración estaba teniendo un efecto negativo en los precios de la vivienda y, aunque no depende de los ciudadanos tener la última palabra sobre la cantidad de estudiantes que ingresan al país oceánico, esperan que los legisladores estén a su favor en el Parlamento.