La delegada gremial de los tripulantes de cabina, habló en la 99.9 sobre las medidas de fuerza dejando en claro que hay un grupo importante de trabajadores que no están de acuerdo. Además, se refirió a todo lo que se podría haber hecho antes de ir al paro.
En medio de un conflicto con los pilotos y de medidas de fuerza, aparecen voces disonantes con lo que se expresa habitualmente. Tal es el caso de Sandra Arroyos que hace 17 años es tripulante de cabina y además, se desempeña como delegada gremial del sector.
En diálogo con la 99.9, expresó su disconformidad con las medidas que están tomando los gremios: “estamos pasando un momento sumamente estresante. Soy delegada gremial, pero mi situación es mucho más compleja porque no estoy de acuerdo con los paros ni con las asambleas que han generado todos estos problemas a nuestros pasajeros. Eso nos genera angustia porque no sabemos si se va a poder realizar el vuelo, con todo el estrés que eso lleva no solamente para los pasajeros sino también a los tripulantes, porque somos muchos los que no estamos en política, muchos me llaman, me expresan su temor, que no están de acuerdo con los paros. Por un lado no quieren quedar mal con el sindicato, pero realmente no quieren afectar a la empresa, ni a los pasajeros. Es una situación muy estresante, muy angustiante”.
Para Arroyos había una situación que se podría haber abordado con seriedad y que hubiera llevado a una mejora salarial sin pasar primero por las medidas de fuerza: “había pasos que debieron darse y no se dieron. Soy delegada gremial de los tripulantes de cabina, represento parte de los intereses de mis colegas de cabina, y soy la encargada de llevarle esas inquietudes al sindicato o a la empresa. Soy parte actora desde 2017 de unos expedientes a nivel nacional donde logré que se reconozca que debían realizarnos exámenes periódicos semestrales de salud. Hay mucha radiación en los vuelos. La NASA advirtió el aumento exponencial de la radiación solar y eso nos afecta sobre todo a los tripulantes aeronáuticos. Logré que en estos expedientes se reconozca la importante obligación de medir radiaciones y de no programarnos más de seis milisievert, además de limitarnos como tarea insalubre, que es nuestra categoría, a las 36 horas de vuelo, en seis días o sea repartir mejor los vuelos, de manera tal que la radiación no sea tan absorbida”.
Reconocer esa situación hubiera llevado indefectiblemente a un aumento salarial porque son horas que se pagan más caro por la exposición y por eso indicó que lo mejor hubiera sido hablar del tema: “antes de ir al paro, lo que hubiera sido lógico era una mesa de diálogo con las nuevas autoridades nacionales, las nuevas autoridades empresariales, y demostrar todo esto que ya está reconocido ampliamente en los expedientes. Como primer escalón ponemos en regla los horarios en tareas insalubres y el ítem que a los tripulantes de cabina de pasajeros que nunca nos pagaron, que es el ítem por trabajo en horario nocturno de descanso interrumpido porque esto también tiene que ser reconocido y limitado por el tema del ritmo circadiano, que se altera permanentemente y genera una serie de trastornos hormonales y de toda índole al organismo. Nuestro salario es irrisorio, quedó a un valor paupérrimo pero hubiera sido un buen primer escalón regular el cuidado de nuestra salud”.
En ese sentido, la delegada gremial coincidió con la necesidad de un mejora salarial, pero insistió en que los caminos son equivocados: “estoy absolutamente de acuerdo con lo que expresa el sindicato respecto a cómo se devaluó nuestro salario. Uno no tiene por qué siempre estar en el polo opuesto, lo que yo no entiendo y no me entra en la cabeza es que habiendo estos pasos previos, que hubieran sido mucho más amenos, no se hicieron. Primero una mesa de negociación, plantear ítems que nos hubieran incrementado el salario pero no se habla de este trabajo, de la categoría insalubre y de las radiaciones que le alteran el ADN a las generaciones futuras, que producen abortos espontáneos en las tripulantes de cabina y que pueden generar infertilidad. Y esto también es una alerta para el pasajero frecuente, que tiene que saber que, por ejemplo, en vez de hacerse una tomografía, si la puede reemplazar con una resonancia magnética, lo tiene que hacer, porque en mi expediente se comprobó que a veces un rayo x en un determinado periodo de más, puede iniciar un cáncer. Es un tema gravísimo”.