El sumergible explotó en las profundidades del océano cuando se dirigía con cinco pasajeros hacia los restos del Titanic.
El tristemente célebre submarino que implosionó durante un viaje hacia los restos del Titanic, en el que murieron las cinco personas que viajaban a bordo, había funcionado mal días antes de su última inmersión el año pasado, según una investigación. El ex director científico de OceanGate, la compañía detrás del submarino Titán, dijo que el incidente había provocado que los pasajeros “cayeran” y que la nave se estrellara contra los tabiques de la nave, dejando a un pasajero “colgando boca abajo” y a los demás aferrados.
Según Steven Ross, no se sabe si el casco del Titán fue inspeccionado para detectar daños después del episodio. Tal y como consta en la investigación de la Guardia Costera de Estados Unidos, un equipo de apoyo tardó más de una hora en sacar el submarino del agua después del mal funcionamiento días antes de su último viaje.
Un miembro de la misión a bordo del buque de apoyo del submarino describió a los pasajeros que partieron en busca del Titanic en junio pasado: “Vi a cinco personas sonriendo camino a su viaje”. “Ellos simplemente estaban felices de ir, ese es el recuerdo que tengo”, testificó Renata Rojas, quien se unió a la expedición como voluntaria, pero no se subió a bordo.
Rojas relató que todo estaba “funcionando muy bien” antes de que el submarino comenzara su descenso. También explicó que en un momento dado se perdieron las comunicaciones y preguntó a sus colegas: “No hemos sabido nada de ellos, ¿dónde están?”. Rojas, cuenta la BBC, era la “asistente de plataforma” el día de la inmersión y “la mayor parte del tiempo estaba parada hasta que alguien necesitaba ayuda”.
La implosión del Titán generó dudas sobre la seguridad y el diseño del sumergible y los materiales utilizados en su construcción. A principios de esta semana, David Lochridge, un ex empleado de OceanGate, declaró que no tenía “ninguna confianza” en la construcción del Titán. “Era inevitable que algo sucediera. Era sólo una cuestión de cuándo”, dijo.
Cuando se le preguntó si la dotación de personal de OceanGate en la expedición 2023 era “suficiente para garantizar la seguridad”, Catterson hizo una pausa antes de responder: “Creo que el entrenamiento y las operaciones en el mar podrían haber sido mejores”.
Hicieron su entrenamiento en Everett, que es “como una bañera en comparación con el Atlántico Norte”, dijo. No practicaron en condiciones más duras, como en caso de niebla. “El entrenamiento probablemente no reflejó una base de conocimientos tan buena para ese lugar”, refiriéndose al lugar desde donde zarpó el Titan.