Malas lenguas 1412

Sobre la UNMdP y el lastimero llanto por la educación pública. Subidos al que alguna vez fue el caballo ganador: «la educación pública somos todos», se organizó por requerimiento a la Presidencia del HCD una jornada hipócrita y mentirosa sobre la defensa del presupuesto destinado a la educación pública. El convocante fue Ariel Ciano, quien integra el sector del peronismo que se referencia con Sergio Massa, el ex integrante del trío del ladris que mal gobernó nuestra nación y que recortó en $70 mil millones los gastos en educación en 2022 y nadie dijo nada. Hipócritas.

Ausencias cantadas, y de las otras. A la sesión especial de HCD no asistieron ni los curules del PRO, ni de los de la Coalición Cívica y, mucho menos, los del bloque libertario. Quedaron ahí unidos en el vacío reclamo los ediles de la UCR y los unidos patrióticamente enroscándose en un discurso plagado de lugares comunes y ausente de propuestas válidas como, por caso, iniciar un proceso de sinceramiento del uso de los fondos públicos en las casas de estudios que alguna vez fueron «altas».

Marcha. La que se anuncia en defensa de la Escuela Nacional de Pesca, impulsada por un conjunto variopinto de gremios y orgas políticas sin propuestas ni criterio, clamando por el sostenimiento de puestos de trabajo. Por más que marchen, la decisión está tomada y el final se aproxima. Sobre la mesa hay una sola propuesta, y es la de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca que busca una salida ordenada que le dé futuro a la formación de los profesionales del mar.

Hay otra sociedad. Matías Vicent —quien, todos coinciden, le salvó la vida al twittero Fran Fijap— recibió una catarata de ayuda de militantes y simpatizantes libertarios que llevó a Mercado Libre a bloquearle la cuenta, algo que la empresa de Marcos Galperín hace rutinariamente cuando el algoritmo advierte un ritmo de flujo de dinero no habitual. Matías había dicho que no quería dinero, pero la campaña en redes hizo su magia. Se viene moto 0 km.

Dicen que todo pasa. Antes de la detención de José Luis Segovia, hubo otro jefe departamental que salió eyectado de la función policial: Cristian Marcozzi. Serruchándole el piso a Jorge Pereyra, logró que lo designen como jefe de seguridad en el Club Aldosivi. Preocupado porque su nombre no salga en los medios, hizo todo lo posible para que el juicio oral que debía llevarse a cabo los días 2 y 3 de octubre por los delitos de vejaciones y severidades, se suspenda y lo logró. De esa forma cree que nadie en Mar del Plata recuerda el bochornoso video donde se lo ve golpeando a un detenido. En realidad, pegándole con un guante, pellizcando sus pezones y tirándole de la oreja. Un lujo en materia de seguridad tiene ahora el Tiburón. Ya no se trata de buen nombre y honor, sólo se trata que la memoria débil de la era digital sepulte un hecho tras otro y nadie salga a hablar.

Hablando de Segovia. Sigue preso, en la Unidad Penal Nº 44 de Batan. Pasa los días recluido en la celda, ya que cada vez que transita por el lugar, los presos lo insultan y hasta le prometen amor. Extraña las fiestas en el amplio chalet de Sierra de los Padres en el que se enfiestaba llevando amigables «vigis» que, por ascender y tener ventajas, jugaban el juego del hombre que vendía poder infinito. Nuestras fuentes aseveran que, en días no más, tendrá compañía. Hay algún fiestero que marcha pronto para Batan.