El brutal crimen de Aralí: qué dijo la funcionaria que quedó en la mira

La titular de la Secretaría de Niñez recién habló este viernes. “Hay diversos actores que intervenimos y la SENAF es uno de ellos”, argumentó. Y dijo que se abrió un sumario interno.

Al igual que había ocurrido con el brutal crimen de Lucio Dupuy (5) en La Pampa, el horror del asesinato de Aralí Vivas (8) en Córdoba volvió a poner el foco en las fallas del sistema respecto de la protección de los niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Recién seis días después de ocurrido el caso, habló la funcionaria cordobesa a cargo y defendió la gestión de su organismo.

El cuerpo de Aralí fue encontrado el domingo en una habitación de la casa de su familia en Brinkmann, una pequeña localidad a 250 kilómetros de Córdoba capital. Por el caso están detenidos Matías Ezequiel Simone (33), padrastro de Aralí, y su amigo Cristian Hernán Varela (40), acusados hasta ahora por homicidio simple, y su madre, Rocío Milagros Rauch (28), imputada por homicidio calificado por el vínculo en calidad de partícipe necesario por su “omisión de cuidado”. Se cree que la niña fue violada y asesinada, y que la vivienda se prendió fuego intencionalmente para ocultar esos delitos.

El entorno familiar en el que vivían Aralí y sus cinco hermanos era de violencia, maltrato y abusos, según revelaron los propios familiares de los chicos. El abuelo paterno, Omar Rauch, habló de fiestas “negras” en la casa cuando su hija no estaba. Betiana Heredia, prima hermana de Rocío, aseguró que “todo el mundo sabía” de las condiciones en las que vivían la nena y sus cinco hermanos antes de la tragedia: “Era un ambiente donde había maltratos, donde había peleas, donde había discusiones, consumo de droga, consumo de alcohol, fiestas”.

Con el caso prácticamente resuelto, como dijo el jueves el abuelo paterno de Aralí, las preguntas apuntan ahora a por qué no se pudo evitar la muerte de la pequeña. Y la mira está puesta en la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF).

El domingo, tras una marcha vecinal para reclamar justicia, la Municipalidad emitió un comunicado en el que aseguraba que “siempre acompañó las necesidades de los niños afectados, pese a no compartir decisiones que se tomaron en otros organismos”.

La SENAF no se pronunció oficialmente sobre el tema: sólo dijo que abrió un sumario interno para establecer responsabilidades. Hasta que este viernes, finalmente, habló la directora del organismo, Julia Reartes. En una entrevista con Cadena 3, defendió su gestión.

La funcionaria, que asumió su cargo en diciembre, admitió que de los 1.332 agentes de la SENAF sólo el 47% tiene título de formación en carreras vinculadas con las temáticas de su accionar, pero enfatizó que se están realizando capacitaciones y una diplomatura para el resto del personal.

Aunque no quiso responder sobre el caso de Aralí por la investigación judicial en curso, Reartes explicó cómo funciona “el sistema de protección integral de derechos, del cual la SENAF es solo una parte. Todas las intervenciones que hace la secretaría ligadas a situaciones de vulneración de derechos se inician a partir de llamadas a la línea 102, o bien recibimos oficios judiciales, también llamados de la línea 911”.

Reartes agregó que “el sistema escolar, el sistema de salud, la policía y la comunidad son quienes propician de alguna manera los primeros indicadores y llamados de atención respecto de estas situaciones”.

Y aseguró que el sistema de protección de derechos de los niños “está basado en un mecanismo de corresponsabilidad donde hay diversos actores que intervenimos, la SENAF es uno de ellos”.

La restitución a la familia de Aralí
Según detalló el fiscal Oscar Gieco también en una entrevista radial, el 3 de julio de este año la SENAF le comunicó al juzgado de familia de Morteros que la familia estaba lista para revincularse.

“El juzgado de Control y Violencia Familiar de Morteros mediante auto número 107 del 29 de agosto ordenó el cese de la medida excepcional de protección de los menores, a pedido de la SENAF, que lo efectuó con fecha 3 de julio. En base a los informes, cesa la medida excepcional de protección de los menores toda vez que esta gente (por Simeone y Rauch) convivían en una localidad de Santa Fe y en marzo habían regresado a vivir a Brinkmann”, expresó Gieco a Radioinforme 3.

Y añadió: “A partir de ahí, el grupo familiar se restablece y conviven todos allí. Están los informes en el mismo auto del juzgado. La madre presenta un informe que dice supuestamente que se había rehabilitado, mientras que el padrastro había hecho algún tratamiento psicológico, ambos dijeron que estaban en condiciones de reintegrar el grupo familiar”.

Reartes desligó responsabilidades al asegurar que más allá de los informes que realiza la SENAF, la última palabra la tienen los jueces.

“Nosotros no trabajamos solos, trabajamos en articulación con la Justicia y es ella la que tiene lo que se denomina ‘control de legalidad de las decisiones’ que toma la SENAF. La Justicia lee los informes y los dictámenes que producen los equipos técnicos de SENAF y después el juez o la jueza encargada de la causa lee esos informes, es encargado de analizarlos con sus propios equipos. También interviene el asesor que tiene la obligación de ley de leer esos informes y de entrevistar a los niños sujetos a la medida”, explicó.

“Nosotros no hemos pasado la responsabilidad a nadie, solamente estoy explicando cómo funciona el sistema que está parado en esta corresponsabilidad de los distintos actores y funcionarios públicos”, respondió a la pregunta del periodista.

El crimen de Aralí
El domingo, hubo una marcha en la que los vecinos de Aralí reclamaron justicia. Aseguraron que el viernes pasado por la noche empezó una fiesta en la casa donde vivía la nena con su familia y que la música no cesó hasta bien entrada la madrugada. Ya el sábado después del mediodía, y cuando todo parecía en calma, un llamado alertó a los Bomberos Voluntarios por un incendio.

Cuando llegaron a la casa, un vecino les advirtió que podría haber niños en su interior. Según consta en el informe preliminar de Bomberos, sólo hubo fuego en la planta alta y todas las puertas de la casa estaban sin llave. Por eso, se sorprendieron al encontrar el cuerpo calcinado de la nena.

Se cree que Aralí fue abusada y asesinada, y que luego prendieron fuego para intentar tapar la causa de la muerte y hacerla ver como un accidente. El informe forense no ofreció muchas pistas sobre el homicidio ya que el cuerpo de la nena resultó carbonizado, pero dio una certeza: Aralí ya estaba muerta cuando las llamas tomaron su pieza.

“De acuerdo a las cámaras de seguridad de la zona, los chicos estuvieron el viernes con Simeone y con Varela desde las 21 hasta la medianoche. Luego quedaron solos hasta pasadas las 3, cuando llegó Simeone nuevamente a la casa”, detalló el fiscal el lunes en una conferencia de prensa, y aseguró que el ambiente en que vivían los menores era de “extremada violencia”. Posteriormente, también reveló que uno de los detenidos, al momento de la aprehensión, les dijo a los policías que “era costumbre” que se abusara de la pequeña.

“Los pulmones (de Aralí) no estaban colapsados y se descartó la presencia de monóxido de carbono, así como la posibilidad de que hubiera sido asfixiada, dado que los pulmones estaban en buenas condiciones, dentro de lo calcinados que se encontraban. Dentro de los órganos que no se destruyeron en su totalidad, se pudo establecer que no había signos de que hubiese sido agredida con elementos punzantes o cortantes, ni con arma de fuego”, señaló.

Destacó que el fuego fue claramente para ocultar el homicidio de la niña y estimó que el crimen ocurrió alrededor de la medianoche anterior: “El incendio habría sido de forma dolosa. Los bomberos descartaron un fenómeno eléctrico y confirmaron que un agente externo lo provocó”.

También dio un dato que demuestra el horror que vivieron esos niños: “En cámara Gesell, una hermanita de Aralí contó que fue a despertarla esa noche y que, como no se movía, pensó que estaba dormida”.

En la autopsia se indica que Aralí presentó un traumatismo craneal. Los forenses señalaron que “pudo haber sido una muerte, en el peor de los casos porque nunca lo podremos ver, por efecto vasovagal, que pasa a veces en los abusos. Si bien esto no está comprobado todavía, con los estudios que hicimos podremos saber si hay vestigios de abuso sexual reciente o antiguo que pueda haber sido el detonante de esto”.