Una vecina de nuestra ciudad contó en la 99.9 la increíble situación que le tocó atravesar con su familia en Sierra de los Padres.
El maltrato de los agentes públicos suele ser una costumbre lamentable porque por pequeñas situaciones, a veces se generan situaciones de conflicto con enfrentamientos inútiles.
Eso le pasó a Cristina, una vecina de la ciudad en una actividad lúdica en las Sierras de los Padres y que terminó envuelta en una situación violenta primero con agentes municipales y luego con la policía. Lo contó en la 99.9: “mi hija es maestra de primaria y habían puesto un escenario sobre la escuela secundaria que da a dos calles de tierra que desembocan en la avenida principal. Nosotros llegamos temprano y estacionamos bajo un arbolito sobre una de las calles de tierra. En un momento vino una camioneta muy pequeñita de la municipalidad y puso conos sobre la avenida para no pasar y otros conos a más de 100 metros en las dos calles de tierra. Nosotros quedamos encerrados entre conos. Terminó la fiesta y quisimos salir para la avenida y le pedimos a uno de los de la municipalidad si podía corrernos los conos, por favor y nos dijo “no, vamos a evitar una tragedia”. Nos hicieron ir hasta la otra calle donde están los conos y que los saquemos nosotros, así que hicimos marcha atrás más de 100 metros y mi marido se bajó, corrió uno de los conos, lo puso al lado del otro, por supuesto no lo volvió a poner en su lugar, lo puso al lado del otro”.
Ese simple acto desató toda una respuesta desmedida de los municipales: “salimos despacito por una de las calles secundarias de Sierra. Íbamos mirando y en un momento sentimos que una sirena se acercaba. Esa pequeña camioneta de la municipalidad se atravesó delante nuestro y clavó los frenos. Se bajaron los dos chicos que eran muy jóvenes y empezaron a increpar a mi marido que por qué había tirado el cono, que era una falta de respeto. Mi marido dice “Mirá, saque el cono porque vos no sacaste”. Empezaron a los gritos y mi marido le preguntó porque atravesó la camioneta delante y le dijo que era porque tenían miedo que usted venga con cuatro negros y nos pueda agredir”.
No terminó ahí la historia porque parecían decididos a montar una escena aunque Cristina no quisiera: “siguió la discusión a los gritos de uno de los chicos. Yo me bajé y le dije “cortenla por favor, esto es estúpido” y me dijo “usted se tiene que callar la boca” y que iban a llamar a la policía. Vino la policía y no sabíamos en qué calle estábamos. En ese momento llegó mi hija con mi nieto de 12 años. De la policía llegaron un muchacho y una chica, el chico no abrió la boca en ningún momento y la chica dijo esto es una falta de respeto porque yo había agredido a la municipalidad. Mientras tanto, sacó los papeles mi marido porque tenemos todo en regla, porque la camioneta es un clásico y lo tenemos todo muy prolijo. Mi hija se enojó mucho, mi nieto estaba muy nervioso y cuando se subió al auto les gritó una grosería. Entonces la policía me dijo “¿qué dijo su nieto? Es una vergüenza que siendo hijo de una maestra me falta el respeto” y dijo “ahora mismo puedo llevar detenido a su nieto”.
El grado de locura ya estaba llegando a límites increíbles, todo por un cono que el propio agente municipal se negó a correr. La resolución de toda esa situación, fue un llamado a un conocido que terminó abruptamente un conflicto interminable: “es un delirio muy desagradable. Mi hija salió con mi nieto porque estaba muy nervioso. La policía nos dijo se podía detener a mi nieto, mientras tanto, uno de los chicos seguía increpando a mi marido por lo del cono. Me dijeron “queremos una disculpa” y yo le dije “bueno, disculpame , pero esta situación es estúpida”. Mi marido llamó a un amigo, que trabaja en tránsito y el hombre este le dijo que le pase con ese chico. Mi marido le dio el teléfono y este chico se fue con el teléfono atrás de la camioneta, estuvieron hablando pocos minutos, volvió, le devolvió el teléfono a mi marido y le dijo bueno, se pueden ir y disculpen las molestias”.
Un final increíble para un escándalo innecesario con una familia que trataba de disfrutar de un momento especial.