El paradigma político se derrumba ante el renacimento económico. Los datos de la economía son elocuentes y, ante un mejor escenario de tranquilidad en ese aspecto, el espacio político para el gobierno de Javier Milei se ensancha. En esto coinciden analistas de variado pelaje político y los relatores del universo kirchnerista, que se desnudan ante los hechos.
Nada dice sin embargo que todo esté hecho y que sólo queda dejar correr el tiempo; pero la base del cambio está instalada con enorme fuerza en la sociedad argentina. Los datos económicos pesan a favor cada día más: el dólar cerró este viernes a $1.002,50. El BCRA siguió en onda positiva y logró comprar US$ 149 millones.
Por su parte, los dólares financieros terminaron la semana en baja, con el MEP perforando el piso de $1.100 y operándose para la venta a $1.096 mientras que el CCL bajó 0,88% y terminó a $1.132 vendedor. El blue cerró, igual que el jueves, a $1.140.
A nivel global, el dólar cortó la racha alcista y declinó 0,4% contra una canasta de monedas como consecuencia de que se instaló la duda sobre si «la Fed» recortará la tasa de interés en diciembre, luego de que se conociera un dato muy positivo sobre las ventas minoristas en Estados Unidos durante octubre. En Brasil, el dólar cerró a 5,79 reales.
En la lógica anterior del manejo de variables, la depreciación del real ya estaría provocando una catástrofe en el país. El gobierno ha cortado por primera vez en cuarenta años el cáncer del sistema prebendarlo que mantenía a los bancos en Argentina prestándole casi exclusivamente al Estado. El cambio de paradigma es tal, que la calificadora Fitch Ratings anunció este viernes que decidió elevar la nota de Argentina como emisor de deuda en moneda extranjera a largo plazo (IDR), de CC a CCC, con un riesgo país doméstico ya por debajo de su media histórica (780 puntos básicos).
Fitch resaltó la mejora de la confianza en la capacidad del país para hacer frente a los próximos pagos de bonos en moneda extranjera sin una reestructuración. Se logró sólo en meses, y luego de que la asunción del gobierno se diera en un contexto que potenciaba una híper inflación.
Por su parte, el JP Morgan señala que ha revisado sus proyecciones a la baja en materia de inflación para el país. Tras el dato de octubre, JP Morgan revisó sus pronósticos de inflación para el cierre del año, reduciendo su estimación a un 120% interanual. El banco también señaló que, si la inflación mensual se mantiene en torno al 2,5%, el ajuste del tipo de cambio (crawling peg) podría reducirse al 1% mensual, alineándose con los objetivos del gobierno de Javier Milei de controlar la inflación mediante un ajuste moderado de la moneda. Para 2025, proyectan una inflación de fin de año del 29%, siempre y cuando se mantenga una política de ajuste gradual.
Esta situación, en vista a 2025, debe comprenderse también con el prisma del nuevo esquema exportador, fuertemente apalancado en petróleo gas que ya es una realidad y no un anuncio utópico.