Un verano polémico con saldo a favor. La polémica fue servida en noviembre cuando la consabida nota de Clarín se preguntaba cuánto sale veranear en la costa atlántica para ir siempre por lo mismo: cuestionar a Mar del Plata. El debate queda cerrado con los hechos, que hablan de un importante número de turistas arribado a la ciudad y una variada oferta de entretenimientos y servicios que no puede compararse con ningún otro destino. Ni hablar del rol que la providencia jugó con una lluvia decimonónica de 355 milímetros en pocas horas sobre Florianópolis, destruyendo todo a su paso. La falsa polémica pierde sentido frente a la fuerza ineludible de los hechos.
Interrogantes judiciales. Los que rodean la situación del aun hoy juez (vergüenza, mal) Martín Porreti. Según indicó la consejera Jimena De La Torre, recién en febrero se comenzaría a tratar el caso de este magistrado imputado por el robo de monedas secuestradas en el marco de una causa en San Isidro. En el ámbito local, hay quien no se detuvo en su trabajo traerá novedades fuertes en la causa iniciada y que ha llevado a la detención del ex jefe departamental José Luis Segovia. Los vivos de café que dicen que en la causa no pasa nada, va a quedar —diría el Javo— como bonobos después de la iniciación.
De fiesta. Así está la ciudad en este inicio de temporada alta, el cual se había complicado por el combo de las fechas en las que se dieron las fiestas y el clima otoñal. A veces festejar sin pensar con criterio trae problemas: Mc Donald’s celebro sus 30 años en la ciudad y para ello cortaron ocho calles en pleno centro, lo que provocó un caos de aquellos. Que tu fiesta no sea el engorro de los demás.
Y siguen las inversiones. Coto cerró un acuerdo para estar en el nuevo paseo comercial del puerto sobre la denominada «manzana de los circos». La incorporación de la firma le da un alto potencial al desarrollo de esta propuesta de 7.400 mts2 y u$s11 millones de inversión neta. Los franceses de Carrefour, que habían sido interesados, se pusieron a histeriquerar y, como suele ocurrir, Francia segunda y afuera.
De inauguraciones y apuestas. La llegada de firmas potentes con alto cartel nacional o internacional sacuden la modorra local. Sin fanfarria, un grupo de amigos marplatenses se asoció para poner en marcha un emprendimiento que devuelve las luces a la diagonal Pueyrredon, la de los tilos —maravillosa canción de María Wernike—. Se trata de Pueyrredon Plaza en los bajos del edificio del rulero, también conocido como el «Edificio Redondo». De tal emprendimiento, la crónica de arquitectura dice: «El “Edificio Redondo” es un recordatorio de la audacia y creatividad que caracterizó a la arquitectura de los años 70. A pesar de las opiniones encontradas sobre su diseño, este emblemático edificio ha dejado una huella indeleble en la historia y el paisaje urbano de Mar del Plata». Los marplatenses se atreven nuevamente a ser disruptivos. Buena esa.