Un día al frente de la historia

Y el día llegó. Luego de una vida de militancia política construida paso a paso, el hoy senador nacional Maximiliano Abad se coloca al frente de la jornada más compleja de la historia reciente de la Unión Cívica Radical.

En un acto generosamente citado como «multitudinario» realizado en el club Quilmes de la ciudad, Abad lanzó el desafío de hallar un lugar para el partido que parece adueñarse de las palabras de la canción La Cigarra, de María Elena Walsh: «tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí, resucitando».

Y es que la UCR se ha partido y resucitado ya demasiadas veces. En la década del 1950, tres escisiones fragmentaron al partido: la UCR del Pueblo, cuyo líder fue Ricardo Balbín; la UCR Intransigente, liderada por Arturo Frondizi; y luego la facción liderada por Oscar Alende, como Partido Intransigente. Más tarde, la llegada del kirchnerismo trajo otra vez vaivenes en el partido, con el alineamiento de buena parte del radicalismo que se expresó en la fórmula Cristina Fernández-Julio Cobos. Hoy hay, cuando menos, tres grupos: los radicales pelucas, los radicales K, y el sector que —a modo de emblema por la supervivencia— encarna en la figura de Maxi Abad.

En el acto, el senador nacional se dio un baño de popularidad política con la asistencia de dirigentes significativos del partido, como Jesús Rodríguez y Ernesto Sanz, y un damero de intendentes de la provincia que dijeron presente. Lo que es un interrogante, es el rol de los gobernadores de la UCR, los cuales brillaron por su ausencia.

Abad siempre se ha sentido cómodo en el juego de la especulación política, esperando —como si de jugar al póker se tratara— a tener las mejores cartas para definir el juego sobre el paño. Es obvio que advierte que eso ya no es una opción, y a ello van estos dichos que merecen ser tomados como una señal: «Si hablamos de certezas, acá va la primera: de cara al futuro de la Argentina, no da lo mismo cómo nos paramos los radicales. La indiferencia jamás fue una alternativa y ahora no es la excepción. Vamos a meternos en el barro y a alzar la voz para defender nuestras ideas». Diría que esas ideas deben ser explicitadas ya que, en las consideraciones generales, no hay como no estar de acuerdo.

Señaló así mismo: «Les dejo una última certeza que es también una invitación a encarar este 2025 con todas las ganas: la Unión Cívica Radical jamás puede ser cómplice del silencio y las especulaciones. No vamos a llegar a ningún lado sentados en la tribuna, mientras otros ponen las reglas, salen a la cancha y hacen su partido. El radicalismo no nació para esconderse y ver pasar la pelota. Vamos a levantar la cabeza y armar un equipo fuerte y competitivo para ir con todo hacia adelante. Este año, más que nunca, tenemos que demostrar vocación para transformar la Provincia de Buenos Aires y la Argentina». Urge en esta prédica definiciones: en la PBA, nos matan como a conejos en temporada de caza. La siniestralidad vial es pandemica, y la política sanitaria es criminal.

La salida es por arriba, al frente de los problemas concretos. Tremendo desafío.