El Médico Pediátrico del HIEMI habló en la 99.9 sobre dos operaciones que realizaron con bebés que tenían cardiopatías congénitas.

La salud en Mar del Plata tiene aspectos muy positivos desde el sector público con capacidad profesional y técnica para tratar situaciones complejas. Durante el mes de diciembre, se dieron dos operaciones en bebés recién nacidos por cardiopatías congénitas que fueron un éxito.
El Médico Pediátrico del HIEMI, Dr. Carlos Vázquez, habló en la 99.9 sobre lo que en principio significa una cardiopatía congénita: «forma parte de las anomalías congénitas que puede tener un ser humano, y es cuando el corazón en su formación, en algunas de sus partes, forma una alteración que acompaña en el desarrollo de esa formación del corazón y el paciente nace con esa anomalía que se gesta durante la vida fetal».
No es la primera vez que se realizan operaciones de este tipo, pero siempre vale la pena destacarlo y además, concientizar sobre la importancia del control durante el embarazo: «estas operaciones se han hecho hace varios años, se están realizando Mar del Plata, concretamente en el Hospital Materno Infantil, y la importancia es la detección prenatal, porque eso marca el pronóstico de esa cardiopatía congénita y de ese bebé. El corazón se desarrolla a partir de la segunda semana, y entre la semana 20 y 24 de gestación, con una ecografía, el obstetra puede detectar alguna anomalía en el corazón y conjuntamente con un cardiólogo infantil van a decir esta es tal o cual anomalía cardíaca. En ese control de embarazo, con la presencia de una cardiopatía congénita, además del control del embarazo per se, lo que se hace es coordinar el nacimiento de ese futuro bebé en un centro donde cuente con el recurso humano capacitado, la infraestructura y el equipamiento como para poder realizar el tratamiento, si es necesario, en el momento recién nacido, en la etapa perinatal o más adelante».
Sobre los casos que tuvieron durante el mes de diciembre, el Dr. Vázquez agregó que «precisamente los dos pacientes que hemos realizado el tratamiento quirúrgico en diciembre, están en los dos extremos de estas situaciones. Uno tenía el diagnóstico prenatal con una cardiopatía congénita muy compleja, la familia, la madre, ya conocía de esta afección y se programó la internación en este centro de salud que cuenta con la complejidad para afrontar ese tipo de patologías. El otro paciente, en el otro extremo, no tenía un diagnóstico prenatal, nace en el Partido de la Costa y a los dos días, cuando ya se estaba programando el alta de la madre y su hijo, comienza el paciente con síntomas poco claros, se interpreta que es un cuadro grave y se lo traslada al Hospital Materno Infantil, al servicio de terapia intensiva neonatal, donde los cardiólogos pediatras junto con los neonatólogos hacen diagnóstico de una situación crítica con una cardiopatía congénita que requería un tratamiento quirúrgico a la brevedad».
Desde su expertisse, señaló que hay un condicionamiento alrededor de la situación socioeconómica de las familias que también puede tener un impacto. «Cuando uno habla de la mortalidad infantil hay una etapa que es la etapa perinatal, y hay una etapa que es neonatal, pero más alejado de lo perinatal. Lo prevalente tiene que ver con la anomalía congénita, que es una de las causas principales de mortalidad infantil. Lo socioeconómico, lo cultural, tiene que ver con el período neonatal. Por eso la importancia de la detección prenatal. Por supuesto que hay condiciones socioeconómicas donde tal vez el control de embarazo, el embarazo en el adolescente o la prematurez incide en lo que afecta a la mortalidad perinatal, pero no a la prevalencia de una cardiopatía congénita. Cuando hablamos de números y estadísticas, de cada 100 nacidos vivos uno puede presentar una anomalía de tipo cardiopatía congénita. Por lo cual, si nos vamos hacia la tasa de nacimiento en la Argentina, que desde 2010 en adelante el promedio ha sido de unos 700.000 nacimientos, estaríamos en un valor de entre 5 y 7 mil cardiopatías congénitas que nacen por año».
El análisis de estas cifras, permitió no sólo tener un conocimiento concreto de la dimensión del problema, sino además reforzar las herramientas para la atención de las cardiopatías: «hay muchas causales de mortalidad infantil, entre ellas las anomalías congénitas. Y de las anomalías congénitas, el 10 % correspondían a cardiopatía congénitas e incidían en la mortalidad infantil. Si un paciente nacía en una ciudad de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, sin un diagnóstico prenatal y la derivación en la tardía, la morbilidad de esa patología era mayor y por consecuente la mortalidad. Lo que se programó hace varios años, concretamente en el año 2008, es el programa nacional de cardiopatía congénitas. Con este programa lo que se trató es realizar un relevamiento de la estadística de nacimientos con cardiopatía congénita. Se trató de federalizar y regionalizar la atención primaria inmediata de ese paciente con una cardiopatía congénita, dividido por complejidad en diferentes centros del país. La importancia del diagnóstico prenatal e incluso del diagnóstico en el nacimiento, es que se pueda prever y prevenir donde ese paciente debe ser atendido».