La nueva Administración disuelve todas las facciones armadas, incluida Hayat Tahrir Al Sham, la milicia que lanzó la ofensiva contra el presidente depuesto.
El líder de la milicia islamista que derrocó el régimen de Bashar Asad en una operación relámpago a finales de 2024, Ahmed Al Sharaa -conocido por su nombre de guerra, Abu Mohammad Al Jolani-, ha sido nombrado nuevo presidente interino del país, según anunció el comandante Hassan Abdul Ghani en una intervención televisada.
Sharaa fue designado “presidente del país en la fase de transición”, señaló Ghani, que no dio más detalles sobre cuánto tiempo durará este período ni qué hoja de ruta tomará el Gobierno interino. El comandante anunció una serie de medidas tras una reunión entre Sharaa y varios líderes de milicias que participaron en la contienda contra el presidente depuesto.
Así, el nuevo presidente interino está autorizado a formar un consejo legislativo temporal para el período de transición, que trabajará en la elaboración de una nueva constitución, ya que la anterior ha sido cancelada por la administración de Sharaa.
El jefe de Estado ya ejercía de líder de facto y participaba en reuniones con líderes políticos de otros países en Damasco, a pesar de que sigue figurando en la lista de grupos terroristas de la Unión Europea y otros países. Sin embargo, su nombramiento es un paso más en el reconocimiento de la nueva administración y se espera que Sharaa participe en foros y encuentros internacionales.
Entre otras medidas anunciadas también se suspendió la Constitución aprobada en el año 2012, cuando el ex presidente Asad intentó disolver las revueltas antigubernamentales con una reforma legislativa.
El partido del ex mandatario Baath, que ejerció el monopolio de poder durante décadas, ha sido ilegalizado junto a todas las organizaciones que operaban en su órbita, así como las “leyes excepcionales” aprobadas durante los 13 años de guerra civil en Siria.
Junto al partido Baath también ha sido disuelto el ejército sirio y todos los los cuerpos de seguridad estatales, incluidas las milicias formadas por el régimen de Asad durante la guerra. Si bien Ghani no anunció la creación oficial de un nuevo ejército, dio señales de que la administración interina se encamina hacia la formación de un cuerpo “que preserve la seguridad de los ciudadanos”.
Una de las medidas más llamativas que no ha quedado del todo clara es la disolución de “todas las facciones militares, organismos revolucionarios políticos y civiles” que se espera que sean integrados en las instituciones del Estado.
La iniciativa supone así la desaparición de la milicia que lidera Sharaa, Hayat Tahrir al Sham, quien lanzó la ofensiva contra Asad y cuyos miembros forman el Gobierno interino y se encargan de controlar la seguridad en gran parte del país tras la retirada de las fuerzas de Asad. La medida implica también que grupos como las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) -en su mayoría milicias kurdas- que operan en el noreste del país, tendrían que disolverse, pese a que sus demandas de autonomía y su encaje en la nueva Siria aún no han sido aclarados.