El urólogo y especialista en cirugía reconstructiva genital y de género, habló en la 99.9 sobre la determinación del gobierno nacional de discontinuar los programas de apoyo a las terapias reconstructivas.
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La decisión del presidente Javier Milei de discontinuar los programas de apoyo a las denominadas terapias reconstructivas, disparó inmediatamente un debate sobre el impacto que esto tendrá en aquellas personas que ya se encuentran en tratamiento.
El Dr. Javier Belinky, urólogo y especialista en cirugía reconstructiva genital y de genero habló en la 99.9 sobre su experiencia al respecto: «Se veía venir algún cambio porque es una política que está surgiendo en algunos países del mundo, principalmente europeos, que es volver a charlar respecto a las actitudes o intervenciones médicas, no hablo de intervenciones quirúrgicas, sino intervenciones asistenciales médicas en personas con identidad transgénero o género no binario, en menores de edad o minoría de edad. Desde el punto de vista de nuestra experiencia ya trabajando hace más de 20 años con materia de género, esto va a perjudicar a un montón de personas, a algunos quizás no les cambia absolutamente nada el rumbo respecto a su tratamiento o a sus posibles decisiones con su género a futuro, pero a un montón de personas la va a dificultar mucho llegar a la adultez en forma más benéfica».
La explicación de lo que sucede con las personas que empiezan a percibirse de una forma distinta también agregó que hay muchas más percepciones de las que habitualmente se mencionan: «La forma más fácil de entenderlo es el famoso cuerpo equivocado. O sea, yo nací con genitalidad masculina y mi autorcepción genérica, que es una construcción social, es femenina. O la inversa. No es todo binarismo, hay un montón de diferentes aristas o diferentes matices entre medio de estos dos puntos», agregó.
Desde sus años de trabajo en el sector, también agregó que los casos en menores de 18 años no son los más frecuentes: «La tasa de transición, o sea el famoso volver para atrás, es ínfima en la adultez, es más alta en la niñez y un poquito menos en la adolescencia. Es por eso que nosotros como médicos, o cuando formamos parte de instituciones científicas, no queremos arruinarle la vida absolutamente a nadie, y queremos el bienestar de las personas que quieren esto. Nosotros no estamos encaprichados en operar o intervenir u hormonar a personas que no lo quieren o que no lo necesitan. Es así que hemos armado un montón de protocolos. Desde el punto de vista quirúrgico, la intervención en menores de 18 años es ínfima. La minoría de las personas que vienen a mi consultorio tienen menos de 18 años y un montón de ellos yo no los opero y les digo que vamos a esperar un tiempo hasta la cirugía y con un montón de acompañamiento y apoyo multidisciplinario, no es que venís y te operamos y se acabó la historia. E incluso los que hacen todo lo que es hormonoterapia, tienen esquemas de hormonización completamente diferentes para personas menores a 18 años, en los cuales se plantea un rasgo de reversibilidad hormonal. ¿Qué quiere decir? No todas las hormonas tienen la misma potencia para afectar la genitalidad y los caracteres sexuales secundarios y lo que tratamos de hacer en personas adolescentes es darles medicación que sea reversible, que eventualmente si quieren transicionar a futuro, luego una evaluación minuciosa, se suspende la hormonoterapia y eventualmente el paciente reconfigura y vuelve a tener los caracteres sexuales biológicos. No es que se le da el mismo tratamiento que a un adulto cuando lo solicita. Y obviamente la parte quirúrgica muchísimo menos».
Si bien son pocos los casos, son muchas las variables que tiene aquella persona que quiere hacerse una operación de este tipo: «hay un montón de tipos de cirugía de género, tenemos más de 1.000 cirugías de género de diferentes tipos, totales, parciales, masculinas, femeninas, tenemos un montón de cirugías. Cuando empezamos todo esto era medio clandestino en muchos países y venían con complicaciones y también hacemos recirugías de género. Tenemos una casuística de más de 1000 personas, en las cuales el mínimo porcentaje; 16 pacientes son menores únicamente. El porcentaje es muy bajo».
También el Dr. Belinky señaló que es respetuoso tanto de aquellos que están a favor como de los que están en contra de la medida tomada por Milei: «Nosotros no queremos convencer a nadie absolutamente de nada, simplemente lo que tratamos de hacer es, desde el punto de vista científico trabajar sobre estadísticas, medicina basada en la evidencia. Y hacemos grandes estudios poblacionales en los cuales si demostramos que algo no sirve, no se hace, o si demostramos que algo es nocivo, obviamente que no se hace. Y entiendo también que hay gente que esté en contra de todo este tipo de políticas. Lo que hay que hacer o lo que hay que permitir es un espacio de diálogo. Yo no digo que esta medida que se ha tomado a nivel gubernamental esté mal, yo lo que digo es que en la forma completamente drástica va a perjudicar a un montón de gente acceder a un bienestar que yo lo veo en las personas cuando llegan a una adultez después de haber transitado una adolescencia, a una infancia más contenida».