A pesar de ser conscientes de que su hija no crecía ni se desarrollaba como corresponde a una adolescente de su edad, los tutores legales no tomaron medidas para solucionar su condición.

Un tribunal de Perth, Australia, ha condenado a prisión a una pareja por negligencia hacia su hija, una bailarina de 17 años. La joven, que pesaba solo 27,3 kilos, padecía una grave desnutrición, lo que le ponía en riesgo de sufrir un paro cardíaco, según ha avanzado CNN World. Aunque sus padres la llevaban a clases de ballet y piano, también la trataban como si fuera una niña pequeña, impidiendo su desarrollo físico y emocional.
A pesar de ser conscientes de que su hija no crecía ni se desarrollaba como corresponde a una adolescente de su edad, los padres de la joven, de unos 40 años, no tomaron medidas para solucionar su condición. La joven, que al momento de ser ingresada en el hospital no mostraba signos de pubertad, pesaba lo mismo que una niña de 9 años y estaba desnutrida. Su pelo estaba quebradizo, su piel se pelaba y su ritmo cardíaco era alto.
El juez Linda Black, al dictar sentencia, afirmó que los padres querían a su hija, pero fracasaron en su deber de proporcionarle una vida saludable. La sentencia incluyó seis años y medio de prisión para el padre y cinco años para la madre, aunque esta última recibió una reducción por sus circunstancias personales. La magistrada destacó que los padres no permitieron que su hija creciera como una adolescente, y la aislaron de cualquier actividad apropiada para su edad.
La joven, a quien por razones legales no se puede identificar, había sido educada en casa por su madre, quien dejó su trabajo para cuidar de ella. La mayor parte de su vida transcurría entre su hogar y las clases de ballet. Aunque las profesoras le sugirieron a los padres que consultaran a un nutricionista, estos se negaron. La intervención de los maestros de ballet permitió que las autoridades estuvieran avisadas sobre el caso.
El padre de la joven, durante el juicio, defendió su actuación y afirmó que su hija era una “comedora exigente” que había optado por una dieta vegana desde los 8 años. Según su versión, nunca le faltó comida, aunque la acusación sostuvo que el problema radicaba en la falta de una nutrición adecuada para su condición. El abogado defensor del padre argumentó que no se le había “negado comida”, sino que el problema era la dieta vegana que la joven había elegido.
No obstante, el juez Black no creyó que los padres no se hubieran dado cuenta del estado de su hija. Según el dictamen, a pesar de las señales evidentes de desnutrición, los padres intentaron ocultar la gravedad de la situación. Incluso, el padre falsificó el certificado de nacimiento de su hija para reducir su edad en dos años, con el fin de disfrazar su desarrollo retrasado. Este intento de ocultar la realidad fue parte de una serie de mentiras que los padres utilizaron para negar su responsabilidad.
El caso de la joven ha puesto en evidencia el daño que puede causar el exceso de protección y la falta de intervención cuando se detectan signos de maltrato o negligencia. Especialistas en psicología explican en CNN World que, en algunos casos, “los padres no consiguen reconocer que su rol es permitir que sus hijos se desarrollen de manera independiente, lo que puede derivar en problemas emocionales y de salud”, c
Aunque la menor ha preferido no dar declaraciones a los medios, en una carta enviada al tribunal expresó su amor y dependencia hacia sus padres, lamentando las consecuencias legales que estos enfrentan. A pesar de ello, el tribunal consideró que la falta de remordimiento y responsabilidad de los padres justificaba la condena de prisión.