El diputado nacional habló en la 99.9 sobre el pedido de informes que realizaron para que el gobierno responda que fue lo que sucedió con el escándalo de la criptomoneda $Libra.
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Ante el escándalo de la criptomoneda $Libra que se desató en el país, los diputados Karina Banfi y Fabio Quetglas, presentaron un pedido de acceso a la información pública esperando que le presidente brinde los detalles de todo lo sucedido.
El propio Quetglas, explicó en la 99.9 porque pensaron en esta alternativa: «es una estafa programada. Ahora, cada día hay más evidencia de cosas, por reuniones, por vínculos, etc. pero en principio, el primer pensamiento de muchos, me incluyo, era que el presidente había cometido un error, un exabrupto, una situación de esa vocación muchas veces, de promover algo más innovador, una herramienta financiera que eventualmente tenía como finalidad el fondeo. Después nos enteramos que era inhábil eso. La investigación debería dejar en claro si hay que descartar esa hipótesis, porque aunque no fuera una estafa dolosa de parte del presidente, lo que ha pasado es gravísimo. Dentro de 15 días probablemente estemos hablando de otra cosa, pero lo cierto es que no es la primera vez. Hay una cultura en el oficialismo de no poder deslindar cuál es el espacio de la responsabilidad institucional y cuál es el espacio de las actividades que tienen una serie de obligaciones, porque el mercado funciona en la medida en que el árbitro no empuja a alguien en el área».
Ante el reclamo de juicio político que existe generalizado, el diputado señaló que no se debe pensar siempre en una crisis, sino que hay herramientas útiles: «Argentina no se merece una oposición que frente a cualquier cosa que salga muy mal, genere una crisis al país. El gobierno tiene que ser más autoexigente a partir de ahora. Argentina no le hizo juicio político a la presidenta Cristina Fernández cuando ocurrió lo de Nisman, estamos hablando de una circunstancia tremenda para poner en perspectiva juicio político y no hacer nada. Tenemos un instrumento en Argentina que es la ley de acceso a la información pública, aprovechemos ese instrumento, hagámosle el conjunto de preguntas que pueden resultar incómodas, que el ejecutivo tiene que responder y esas respuestas son insumos de otros procesos, pueden ser procesos judiciales y en términos democráticos cumplimos con nuestro rol de contralor. Ese es el sentido de esta iniciativa».
Para Quetglas resulta importante pensar en lo que está pasando políticamente en Argentina y en consecuencia, actuar porque sino la vorágine política termina llevando a decisiones innecesarias. «A la Argentina no le sobra liderazgo. No hay un líder de la oposición que pareciera estar en condiciones de ponerse la corbata y está claro de que hay tres o cuatro figuras que tienen 90 % de conocimiento, que pueden ser Macri, Cristina y Milei, y que las tres, por distintos motivos, atienden públicos muy específicos. Son figuras desgastadas».
En cuanto a la fuerza política que lidera Milei hay una mirada particular que no tienen las otras: «el problema de este movimiento político que está en el mundo, que excede a Milei, que está a nivel internacional, anti regulatoria, que rompe el consenso de post segunda Guerra Mundial, salvo algunas personas, están cruzados por la idea del mesianismo, de ser los elegidos, salvo Meloni y poco más; pero tenemos que tener cuidado porque es una mezcla y ellos no le erran nunca al final. Como son mesiánicos, piensan que eso también es un mensaje trascendente de su virtud, de su verdad, que excede lo rústico de la política. Yo reconozco que la política es muy rústica. A mí me gusta mucho la filosofía y vivo muy incómodo en la política. Es así que la política es muy pedestre, es muy transaccional. Es así. La democracia es un espejo y a las sociedades les cuesta verse en el espejo».