Los manifestantes exigen que los grandes supermercados limiten su margen de beneficio por los productos alimenticios a menos del 30%.
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Los búlgaros continúan el boicot a las principales cadenas minoristas de alimentación y grandes supermercados del país, descontentos por la subida de los precios de los comestibles. El boicot de la semana pasada, el segundo de este año, provocó un descenso de casi el 30% en la facturación de las tiendas, según los medios locales.
Muchos en el país dicen que esperan que este nuevo sabotaje provoque un cambio en los precios. Ivet Tabakova, propietaria de una pequeña tienda de comestibles, espera que esta iniciativa funcione: «no apruebo la política extremadamente agresiva de las grandes cadenas de supermercados. Atraen a los clientes bajando mucho los precios de ciertos productos que uno compara fácilmente. Por ejemplo, 15-20 productos y todo lo demás tiene unos márgenes muy altos», afirma.
Para Ivayla Ivanova, propietaria de una pequeña tienda de comestibles, el boicot ha provocado un aumento de los clientes que acuden a comprar alimentos a su tienda a compra productos alimenticios básicos como azúcar, harina, yogur, aceite. «Para mí la actitud es importante, cuando tienes actitud, el cliente vuelve y encuentra algo que comprar», afirma Ivanova.
Los organizadores de la protesta exigen que los supermercados limiten sus márgenes de beneficio en los productos alimenticios a menos del 30% y quieren que los legisladores aprueben leyes para regular los precios.
Reacciones al nuevo boicot
Para hacer frente a la protesta, las autoridades nacionales y algunas agencias reguladoras estatales afirman haber iniciado inspecciones de precios. Ignat Asenov, miembro de la Comisión de Protección del Consumidor afirma que están «controlando cómo se facilita la información a los consumidores, si hay engaño. También la corrección de los precios, las promociones poco realistas».
En relación con las medidas adoptadas por el Gobierno para acortar las cadenas de suministro y eliminar las prácticas desleales en la venta de productos alimentarios, equipos conjuntos de la Agencia Búlgara de Seguridad Alimentaria (BFSA), la Agencia Nacional de Recaudación (NRA) y la Comisión para la Protección de los Consumidores (CCP) empezarán a realizar inspecciones en todo el país a partir del jueves, informó la BFSA.
Los inspectores sondearán toda la cadena agroalimentaria (productores, transformadores, distribuidores, mayoristas y minoristas, importadores), y la información recabada sobre prácticas desleales se plasmará en un proyecto de ley de regulación de los contratos de la cadena de suministro, que el primer ministro, Rosen Zhelyazkov, encargó al ministro de Agricultura, Georgi Tahov.