
El latiguillo recurrente de mis colegas es «el reclamo de los jubilados es justo». Y, sí, lo es. No obstante, no puede dejar de señalarse que en los cuatro años que gobernaron Alberto, Cristina y Sergio la pulverización tanto de las jubilaciones como de cualquier otro tipo de ingreso fue brutal, y nadie decía nada.
En especial, la plañideras de la TV metropolitana. También es cansador ver cómo aquellos que no forman parte de la pléyade de argumentadores kuka, antes de fijar posición, una y otra vez utilizan la muletilla de «el derecho a expresarse es prioritario y es justo reclamar por mejores jubilaciones». Siempre culposos. Siempre manteniendo la esperanza de que del otro lado algún día los quieran.
La realidad es que el sistema jubilatorio argentino ha sido saqueado una y otra vez por décadas. El último gran latrocinio fue la confiscación de los fondos de las AFJP, presentado como un acto heroico de reparación nacional. También es real que, en dólares, tanto las jubilaciones como los salarios han recuperado valor. Y no es menos real que algunos precios —tal como admitió el ministro de Economía, Luis Caputo— están caros en dólares. Y entre ellos, híper caros están los medicamentos. Pero no se ve ni a la dirigencia de izquierda ni a los kukas reclamando al respecto.
Es más: sufren disociación congnitiva, no registran que incluso hay al respecto causas penales abiertas iniciadas luego de la publicación de investigaciones periodísticas: tal como se ha denunciado y es ahora materia de investigación judicial, se difundió documentación e información que mostraba que, en lugares dependientes del PAMI en Hurlingam, se distribuyeron millones de pesos, que no fueron precisamente al bolsillo de los jubilados. En Mar del Plata, hasta el más distraído puede ver cómo activan ante las oficinas del PAMI Fernanda Montoto Raverta y la presidente del bloque de los unidos patrióticamente, Mariana Cuesta. Como suele decirse: se nota, y mucho.
Lo del pasado miércoles no fue una marcha de apoyo a los jubilados, fue el uso de una marcha inspirada en motivos que el sentido común indica que son razonables y sostenibles, usada como excusa y ariete para empujar al gobierno, tal como ocurre cada vez que el país atraviesa un período no peronista.
Las cajas de previsión están en todo el mundo en caída libre, aún en economías ordenadas y austeras. En Estados Unidos, donde los recursos de las cajas son generalmente usados para invertir en el sector financiero bursátil, la caída de Walls Street provocada por la diletancia del gobierno de Donal Trump les ha hecho perder millones a loes pensionistas. No es mal de muchos consuelo de tontos, es ver la dimensión del problema asomando la cabeza por fuera del frasco de lo local.
Con la horrible situación en Bahía Blanca, White y General Cerri, plantar esta crisis ficcional con plata y recursos públicos, como se denuncia ha ocurrido, es francamente criminal.