Descontrol

Mar del Plata sacudida por situaciones violentas en las que hay un común denominador: una falla sistemática de los dispositivos del Estado que deben reforzar el orden y la seguridad en nuestra ciudad.

El violento asalto a un domicilio, en el que la víctima fue atada, amordazada y golpeada sin piedad. Una persona fuertemente intoxicada que casi provoca una tragedia a bordo de un colectivo. Otro asalto violento asalto a una heladería protagonizado por personas adictas que ya estaban en el radar de la justicia. La muerte de una bebé por el ataque de un perro peligroso. Una muestra del tipo de sucesos de extrema gravedad que se dan en nuestra ciudad continuamente, mientras la promesa electoral del intendente que emplazó su despacho en el COM, de dedicarse a brindarle seguridad y orden a nuestra ciudad, sólo se materializa en videos generados para las redes con patéticas acciones intrascendentes contra quienes Montenegro llama «fisuras» y el gobernador se pelea con su antigua mentora, fantaseando con obtener algún mísero voto más desdoblando las elecciones.

Violento asalto

Cristina es una vecina de la zona norte de nuestra ciudad. En una entrevista para la FM 99.9, relató los pormenores del violento asalto que sufrió cuando un grupo de delincuentes que venían desde hace un tiempo observando todos los movimientos de su casa se aprovecharon de que ella estaba sola para entrar, reducirla y golpearla con el objetivo de privarla a ella y a su pareja de sus ahorros.

En una entrevista para la FM 99.9, Cristina contó: «Entraron por la parte de atrás. Hay un paredón alto, hay alambrado, y linda con un terreno. Y a partir de ahí abrieron la ventana, le hicieron fuerza a la persiana. Imaginate que en ese momento eran las ocho de la noche y yo no había puesto la alarma. Así que bueno, ahí se encuentran conmigo, que estaba en el comedor y proceden a atarme. Me pegaron, obviamente, como actúan esta gente. Me amordazaron, me pusieron un trapo en la boca y empezaron un ensañamiento terrible porque buscaban dinero. Buscaban dinero, y ellos lo único que quieren es eso. Y bueno, una vez que me atan, empiezan a revolver toda la casa, como es costumbre en ellos».

Los delincuentes se habían dedicado a hacer inteligencia sobre la casa, y sabían que la víctima estaba sola en ese momento: «Estaba sola. Mi pareja estaba en el gimnasio, que queda a la vueltita, a 30 metros. Y el perro estaba dando vueltas ahí. Tenemos dos perros. Uno es un poquito más grande, y como yo estaba preparando la cena, le tiraron una milanesa y el perro andaba chocho por toda la casa. Al chiquito lo metieron adentro del freezer. Está bien el perro, pero imaginate la actitud de esta gente. Eran cuatro. Y afuera seguramente habría alguno más haciendo de campana, porque en un momento escuché que le dicen: “Dale, dale, que ya faltan cinco y viene.” O sea, lo habían visto a mi pareja en el gimnasio».

De hecho, los delincuentes usaron amenazas contra su pareja para intimidarla: «Me pedían dólares. Me decían: “Decime dónde están los dólares porque si no, cuando entre, te lo vamos a matar.” Me apuntaban con la pistola en la cabeza. Fue toda una película de terror, la verdad. Me pegaron en la cara, en la espalda, me tiraron al piso. Rompieron todo: los techos del baño, de las piezas, del comedor. Buscaban dólares, era todo lo que me pedían».

También contó: «Estaban todos con pasamontaña y guantes. Tendrían entre 20 y pico y 30 y pico de años.  Sabían que mi pareja estaba en el gimnasio, que no somos matrimonio. Lo tenían todo re controlado».

Se ve que ni la policía ni la patrulla municipal antifisuras detectó a este grupo de personas sospechosas que pasaba una y otra vez por delante de una vivienda, observando cada movimiento y planeando minuciosamente este ataque.

Terror en el colectivo

Facundo es un joven de 18 años que una tarde, cuando volvía de entrenar, sufrió un robo: «Estaba esperando el colectivo 63. Mientras mando un audio con el celular, veo que se acerca una moto en contramano. Me arranca el teléfono y se va. Lo corro una cuadra por impotencia, pero no lo alcanzo».

Por increíble que parezca, la horrenda aventura de Facundo apenas comenzaba. Lo más terrible, comenzó apenas 20 minutos más tarde: «Me tomo el 63 y a mitad del trayecto veo a un tipo en el colectivo que estaba pasado de sustancias. Se notaba en su mirada, en su forma de hablar. Hablaba solo, tenía cara de perseguido. En un momento se para, se agarra de los pasamanos, se acerca a dos chicas y las empieza a incomodar. Ellas se achican contra la ventanilla, intimidadas. Después esta persona se va para adelante, se da vuelta y grita: “¿Quién me anda diciendo cosas?”, a lo que nadie le responde».

Finalmente, el comportamiento de esta persona termina haciendo mella en los demás pasajeros: «Había una pareja con una nena de seis años y un bebé. El hombre le dice a la mujer: “Este quiere que lo cague a palos.” El otro escucha, saca una navaja y la abre frente a las dos chicas que había intimidado antes. Les apunta con el filo, con lo que ellas se asustan más. Después se va para el fondo, se acerca a la mujer con el bebé y le arrima la navaja a la cara del bebé. Estuvo a nada de pincharle un ojo».

Ahí fue donde Facundo, con enorme valentía, decidió intervenir: «Ahí me levanté, le saqué la navaja y lo derribé de un golpe. Otra persona me ayudó. Lo sacamos a los golpes del colectivo. El chofer entendió la situación, frenó y esperó a que lo saquemos».

Ante la ausencia del Estado en estas cuestiones —las que realmente importan—, son los propios ciudadanos de a pie quienes, aún ante la posibilidad cierta de un enorme riesgo personal, deben protegerse y poner orden.

Siempre las drogas

El flagelo de las drogas sigue azotando a la sociedad marplatense: además de hechos violentos en las calles —como los que suceden a diario en plena peatonal San Martín, o el que le tocó vivir a Facundo a bordo de un interno de la línea 563—, también están quienes, llevados por su adicción, terminan protagonizando asaltos violentos, como el que sufrieron los empleados de una heladería.

El fiscal Fernando Berlingeri brindó detalles en la FM 99.9 al respecto de la investigación y, para sorpresa de nadie, confirmó que los involucrados eran personas que ya estaban vinculados con otros sucesos similares: «Lo que nosotros tenemos es el caso de unos muchachos que entraron a una heladería Grido, cometieron un robo a mano armada, se trenzaron en lucha con el empleado que estaba en el lugar y luego se dieron a la fuga. Al día siguiente, ingresa herido por arma de fuego una persona a al HIGA. El personal policial, al ver las imágenes del establecimiento y con quien tenía a cargo la investigación del robo a la heladería, se da cuenta de que, al menos, el herido y quien conducía el vehículo, son las mismas personas que habían participado del robo el día anterior.

Continuó: «Ya tenemos identificado al muchacho que está herido en el hospital. Ayer le tomamos declaración y quedó detenido. También está detenido el individuo que lo llevó al hospital, a quien identificamos como el segundo de los tres autores del robo a la heladería. Además, en las imágenes que tenemos, reconocimos a los mismos individuos en otros robos a comercios, por lo cual ampliamos la imputación por esos hechos».

Abundó: «Tienen causas anteriores, aunque no tienen sentencias. Son causas de otro tenor, no de este tipo de delitos. Hemos visto que son dos muchachos con muchos problemas de adicción a los estupefacientes. Han sido interceptados por personal policial en controles de drogas, y uno de ellos tiene además problemas de violencia familiar. Son chicos problemáticos, pero no les habíamos detectado hechos semejantes a estos».

Al respecto de la vinculación del narcotráfico con este tipo de delitos, dijo: «Yo creo que un 90% de los muchachos que pasan por acá tienen problemas de consumo. Cuando van a un penal, existen propuestas para tratamiento, pero ninguna es obligatoria. Si no tienen la decisión de salir del consumo, nadie los va a obligar».

Perros peligrosos

Ante la falta de control, la violencia toma muchas formas, y luego de que una niña de un año y siete meses muriera al ser atacada por un pitbull que tenía su abuelo en la casa, una vez más, la ordenanza para perros potencialmente peligrosos está en plena discusión. El cumplimiento de las normas no se controla y eso genera que haya perros que están incluidos en la lista de razas peligrosas, que incluso circulan por las calles.

El fiscal Germán Vera Tapia es quien está al frente de la investigación y habló en la 99.9 sobre este caso en particular: «Es un hecho más triste de los que suelo intervenir. La verdad me tocó de forma cercana, yo tengo una nena de dos años, no me puedo dejar imaginar que me pase algo así. La verdad que yo no lo puedo creer. No entiendo como la gente sigue teniendo en sus casas estas razas, es casi como tener un animal feroz».

Ahora debe establecer responsabilidades y por supuesto, el primer señalado es el abuelo, que era el propietario del animal: «estuve gran parte de la noche del día del hecho pensándolo. En principio se le notificó la formación de la causa al dueño del perro, que es el abuelo. Tiene también un tema que se llama pena natural, de cuando la consecuencia del delito es mucho más grave de lo que puede llegar a tocarle en caso de una condena. Se llama pena natural, es un concepto penal que yo lo comparto hasta ahí. Por lo menos, vamos a pedir que haya una suspensión de juicio a prueba, pero como mínimo por un largo tiempo, que haga cursos, porque esto no puede pasar, porque por más que se haya muerto la nieta, la criatura no tenía ninguna culpa de que la hayan dejado con un perro al que solamente le tocó la cola y la agarró del cuello».

Respecto de los perros de estas razas peligrosas que circulan por la calle, el fiscal Vera Tapia señaló que no hay manera de tenerlos controlados, más allá de las medidas de prevención: «no se puede controlar al animal. El único control es el bozal para ese tipo de razas junto al collar de ahorque y siempre atado, ni siquiera con bozal puede estar suelto. La gente no toma conciencia». Además agregó que «este tipo de animal se vuelve locos, no tiene antecedentes de morder pero se vuelven locos».

¿Hace falta que alguna de estas muertes horribles quede plasmada en video y se viralice para que tomemos verdadera conciencia?

Mientras la política parece que este año sólo piensa en cargos, campañas y armados electorales, así está la sociedad: sufriendo por la falta de controles y de seguridad, que cada día se traduce en escenas de terror, muerte y violencia.