
El atropello constante que implica la continua presión provocada por el delito en Mar del Plata tapa muchos de los temas cuya solución debería ser urgente.
Se acumulan los pedidos de la oposición exigiendo respuestas a asuntos tan delicados como el estado del Cementerio Parque, la actuación de zoonosis, o el estado de las principales arterias de la ciudad. Todo cae en el saco roto de una mayoría oficialista que, simplemente, niega el tratamiento de los temas.
Una cobertura espantosa —por mala, y poco apegada a los hechos— de la cotidianidad del Concejo Deliberante, hace que estos temas se tornen invisibles para la mayoría de los vecinos. Si no se los sufre de manera directa, el ciudadano de a pie, ni se notifica.
La concejal de UxP, Valeria Crespo, pidió la inmediata intervención del ejecutivo municipal para actuar ante el deterioro infame del Cementerio Parque. Digo infame, porque es claro que, ni se trabaja debidamente, ni se respeta a los muertos. La descripción, acompañada de imágenes escabrosas que muestra los nichos sin sus placas de cobertura frontal y describe la proliferación de palomas, hablan de un escenario absolutamente asqueante.
Otra presentación, por parte de un curul de la misma bancada, hace hincapié en la falta de acciones públicas por parte del área de zoonosis: existe una ordenanza que no se cumple ni se controla, en una inacción que deja muertos. A la presentación de edil Diego García, le siguió una respuesta escrita por parte de la titular de la Secretaría de Salud, Viviana Bernabei en la que, como es de estilo, no se hizo cargo de nada.
En tanto, Montenegro halló un factor aglutinante que le permite enfocar el debate público en torno de su persona y actuar así como un parte aguas: la irresuelta cuestión de la inseguridad en toda la provincia y en particular en nuestra ciudad. Para más, la Comisión Provincial de la Memoria le hace el juego, denunciando el accionar de la denominada «Patrulla Municipal».
Montenegro aviva el fuego con posteos provocadores y desafía a la comisión de marras y hasta al propio sistema judicial. Tras ese relato, se esconden por ahora los sordos ruidos que generan estas y otras situaciones graves que se dan en la ciudad y que no encuentran solución alguna.
Así se genera este escenario nefasto donde los ciudadanos somos los convidados de piedra: no hay respuestas ni para quienes reclaman justicia para el niño Elián, ni para quienes fueron saqueados en sus hogares, sometidos por una runfla criminal que se jacta en de su poder a través de las redes sociales ante la mirada impávida del poder.
Para más, el intendente, ensimismado en la planificación de su propio futuro, sólo se ocupa de dar señales confusas de una alianza con los menemistas hoy travestidos de libertarios, quienes ya han puesto sobre la mesa que, una alianza, implica cargos en el municipio.
Nunca se trata de la gente ni de la sociedad, siempre es por la caja.