Marcelo González: «Se perdió el hábito del teatro y es un cambio de era»

El propietario del Teatro Tronador habló en la 99.9 sobre la propuesta que llevan adelante de una escuela de espectadores y además, las masterclass que organizan con actores de primer nivel.

La ciudad de Mar del Plata tiene grandes propuestas que no siempre son conocidas por los propios habitantes de la ciudad. En el Teatro Tronador funciona una escuela gratuita de danza articulada con el Teatro Colón de Buenos Aires y ahora, se suma una escuela de teatro e incluso, una propuesta distinta: una escuela de espectadores.

El empresario Marcelo González, dueño del Teatro Tronador, habló en la 99.9 sobre el objetivo de todas estas propuestas que en el ámbito argentino, parecen contra culturales, pero son todo lo contrario: «La escuela Instituto Superior de Arte del Teatro Colón lleva siete años de vida, hace cinco que está abierto en el Tronador, los 2 años anteriores lo hice en un local nuestro frente al Torreón del Monje. Estas cosas a veces son muy difíciles de explicar o de transmitir, porque lo primero que a uno le viene a la cabeza es compromiso, cómo generar y entender lo que nos está pasando y desde qué lugar uno puede poner un granito de arena para abrir las puertas a la educación y a la cultura. La verdad que siempre creímos que estos cambios, sobre todo por el momento actual que vive la sociedad en general, estos cambios son duros, son caminos difíciles, pero muy gratificantes a la hora que uno va empezando a ver los pequeños resultados a través de un proceso de tiempo. No queda otra, esto es un proceso de tiempo y de ir concientizando de a uno; esto no está en el radar de los ítems aparentemente importante o en la agenda diaria de la sociedad es muy puntual o particular cuando esto sucede».

Aprovechando el fin de semana largo, el viernes se firmó el convenio para la llegada de importantes obras del Teatro San Martín a Mar del Plata durante todo el año y además, el puntapié inicial para una serie de clases especiales y abiertas: «Me parecía que teníamos que fortalecer nuevamente esta inquietud que llevamos adelante hace tanto tiempo. En Semana Santa del año pasado reafirmamos un acuerdo marco que tenemos con el Teatro Colón y Teatro San Martín con la ministra de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Nos propusimos hacer dos obras y empezar a transformar lo que se llama teatro de temporada o de verano y apostando a obras de jerarquía, clásicos en el tiempo y hacer lo distinto. A partir de octubre del año pasado, hicimos 54 funciones de Cyrano con Gabriel Goity con más de 100 personas trabajando. Y obviamente a medida que esto iba sucediendo en el medio de la temporada, entendí que estaban faltando algunos ingredientes a todo lo relacionado al mundo de la cultura y del teatro. Se perdió el hábito en general, se perdió el hábito fundamentalmente al teatro. Me parecía que había que armar una escuela de espectadores para entender también previamente cada uno, cada vez que va a haber una obra, de qué tipo, o de qué género o qué va a buscar, saber de qué se trata y de qué manera sentirla o elegirla. Así que básicamente lo que se nos fue cruzando fue armar talleres y generar una nueva comunidad. Me parecía que había que generar compromiso».

Ahora esta nueva manera de ver el teatro significa un nuevo desafío que han asumido para la comunidad de Mar del Plata: «Propusimos armar con figuras muy relevantes, abrir a la comunidad talleres gratuitos linkeado al mundo del teatro, con todo su ancho de banda que significa, y charlas abiertas y masterclass a lo largo de todo el año. Armar grupos de 25 personas para generar nuevas comunidades. Cuando uno siente que apostar a la educación y a la cultura es una inversión, pero una inversión que no vuelve en dinero y no vuelve a título personal en todo este proceso que uno está generando. Es un cambio de era, donde hay nuevas tendencias en cómo comunicarse, cómo generar vínculos entre personas, edades, generaciones, el teatro quedó relegado, la educación quedó relegada. Desde ese lugar me parece que es un gran desafío».