
Con las guerras tanto en Europa como en Medio Oriente en sangriento curso y sin definiciones, revive un enfrentamiento que se remonta al movimiento de independencia de la India y su partición, con la creación del estado de Pakistán.
Esta controversia insalvable estalla hoy en una escalada en la que los anuncios de «alto el fuego» por parte de Donald Trump no parecen ser reales en el terreno en disputa. Nada de lo que se anunció, está en línea. La administración estadounidense viró de humillar a Zelinsky, a dudar sobre si la guerra está realmente por concluir. JD Vance, el vicepresidente norteamericano, ha variado su deriva anti-ucraniana o anti-Zelensky a posiciones más cuidadosas.
El festejo del fin de la Segunda Guerra Mundial dejó imágenes que permiten vislumbrar en qué estado está el mundo: en Moscú, los jerarcas de naciones gobernadas por autócratas apañaron al líder del zarato ruso en un desfile de la victoria que exhibió a tropas norcoreanas marchando por las calles de la capital rusa mientras que, en el estrado, se mostraba al gran ganador en este escenario: Xi Ji Ping.
Y es que ninguna de las situaciones en curso —la presencia de tropas y abastos militares norcoreanos, o la guerra desplegada por Pakistán contra la India— serian posibles sin la anuencia China: Los cazas más modernos de Pakistán son los JF-17 Thunder, de los que ya ha incorporado 123 unidades en servicio y espera recibir 35 más, y los J-10C, con 20 unidades operativas y 5 a la espera, según datos del World Air Forces Directory. Ambos modelos, son de origen chino.
La economía de Corea del Norte es infinitesimal en el contexto mundial y depende del gigante chino para sobrevivir. Es el gallo de riña con el que el régimen chino espolea al mundo y usa para intranquilizar al universo Asia-Pacífico. En el caso del conflicto con India, China y Pakistán aceleraron los planes de integración del misil PL-15 de largo radio a bordo de los JF-17. Hace sólo unos días, se publicaron las primeras imágenes de la munición integrada en los cazas como parte de un contrato de más de 1.000 millones de euros por el que Pekín suministra 240 de estos misiles a Islamabad, además de otras adquisiciones como los cazas J-10 de nueva generación.
Las cuestiones económicas desatadas por las medidas de Trump son un dato revelador de que hay algo más en esta escalada que antiguas guerras y rencores frustrantes entre ambas naciones. India continúa ampliando su impresionante cartera de anuncios importantes: el gigante del sur de Asia, que aspira a competir con China en las cadenas de valor globales, ha atraído con éxito a importantes marcas de electrónica en los últimos años. Cabe destacar que el iPhone 15 de Apple, el nuevo Pixel 8 de Google y el Galaxy S24 de Samsung, se fabrican en India. Incluso Elon Musk está considerando establecer una fábrica de vehículos eléctricos en el país.
El anuncio de Apple de llevar su producción a India, abandonando China, es un factor que no puede ser menor en el análisis. Ya no suenan los cañones, hoy se escucha el silbido mortal de los misiles en un mundo en guerra.