Jon Viar: «ETA fue un movimiento totalitario porque no mató a nadie por ser de izquierdas o de derechas, mató por ser españoles»

El cineasta y dramaturgo español es autor del documental «Traidores» donde cuenta la vida de su padre que fue parte de ETA. Lo contó en la 99.9.

La historia de la ETA en España es realmente un tema de interés sobre todo para los vascos que lo han sufrido durante años. Hay piezas culturales que se han destacado por tratar de contar la realidad de esta organización terrorista como lo hizo Jon Viar, hijo de un ex Etarra que decidió contar la vida de su padre en el documental «Traidores».

En diálogo con la 99.9, Viar señaló que «es una película documental, aunque no es un documental periodístico, es más cinematográfico, más poético y cuento la historia de mi padre, que en esos años 60 se introdujo en ETA, antes de que todavía fuese ni siquiera una actividad armada. Luego se convirtió en una banda terrorista. La película, que se estrenó hace cinco años aquí en España, para ser un documental tuvo bastante repercusión mediática. Cuento la historia de cómo un niño que hereda un poco el trauma de su padre al descubrir el pasado del padre, en este caso hay muchas cosas también curiosas, sobre todo para ustedes argentinos. El padre acabó su carrera de medicina en la cárcel, luego se hizo psiquiatra y psicoanalista lacaniano, lo cual no deja de ser curioso. Y contábamos un poco cómo se metió en el horror de lo que fue el terrorismo de ETA y cómo salir y luego dedicar parte de su vida, como Penélope, a luchar contra el monstruo que había ayudado a crear. Por eso es un traidor para mucha gente. Traidor no solo a las prácticas mafiosas de ETA, que fue una banda terrorista, sino también a la ideología que había detrás, una ideología ultranacionalista, fanática, muy similar al nazismo, al fascismo, y con una ideología siniestra. Y que eso es lo que ha hecho luego, tratar de criticar aquello».

El discurso de ETA desde la mirada de Jon tiene que ver con algo muy distinto a la realidad que se vivió por esos años en España: «Lo que ellos han vendido internacionalmente como propaganda es que España es un país que les ha colonizado y que la acción de ETA sería una lucha anticolonial o por una liberación popular. Es decir, se comparan con palestinos, con kurdos o los irlandeses, cualquier pueblo que realmente haya sido colonizado, etc. La tesis que sostenemos muchos es la contraria, es decir, es una escisión del Partido Nacionalista Vasco, un partido muy racista que surge precisamente para criticar a los inmigrantes pobres que llegaban del resto de España a trabajar en el País Vasco en la industria que surge ya a finales del siglo 19. Entonces, en este sentido, como ETA es una escisión del Partido Nacionalista Vasco, que es el partido mayoritario, pero que el partido nacionalista vasco nunca ha estado a favor del terrorismo, obviamente, es una escisión de esa ideología que funda Sabino Arana, que cree que los vascos somos diferentes a los españoles, evidentemente si surge el nacionalismo es porque hay una burguesía, una situación económica mucho más favorable tanto en el País Vasco como en Cataluña, que es donde hay nacionalismos, en realidad es porque hay una situación económica mejor que en las regiones pobres de España y por eso se quieren independizar».

Esa imagen hacia afuera que se intentó vender, tenía también el objetivo de que otros empatizaran con la causa, sin conocer lo que en realidad estaba ocurriendo: «lo curioso es que lo que denunciamos también un poco en la película, el gran equívoco de cierta izquierda en otros lugares que no se ha enterado muy bien de lo que aquí ha pasado y que incluso ha llegado a tener simpatías con el mundo de ETA. En ese sentido sí que haría una distinción muy clara entre el terrorismo de ETA con grupos terroristas, vamos a decir revolucionarios o de extrema izquierda que hubo en los años 60 o 70, que no tiene nada que ver, pero no puedo comparar ideológicamente a los que mataban en ese sentido por un proceso revolucionario. De los que estaban matando, como el caso de ETA, para poner una frontera donde no la hay y para convertir en extranjeros a los que no piensan como ellos. Yo creo que ha sido un horror terrible. Sé que hay muchos vascos en Argentina, pero también creo que tampoco conocen mucho la historia de aquí. La película puede tener interés para gente que quiera conocer ciertos detalles, ciertos secretos de familia, de cómo se construyen esos relatos, esas grandes ideologías, esos grandes ideales de patria, de nación o de raza, como decía Sabino Arana, y conducen a los grandes horrores».

Jon Viar pudo dejar en claro con su trabajo que los españoles fueron víctimas de ETA sólo por el hecho de ser españoles y no por una ideología política: «La habilidad de ETA en ese sentido, con teóricos como fue José Antonio Echevarrieta, que fue abogado de mi padre en la cárcel, en el proceso de Burgos, ellos, la habilidad que tienen de alguna manera esos teóricos de ETA es casar o juntar esa ideología racista de Sabino Arana de finales del siglo 19, esa ideología romántica que quiere volver a un pueblo vasco idealizado y por tanto que se tiene que separar, con esas ideologías que estaban en boga en los años 60, un poco al calor de la violencia de Argel, si usted me apura, o lo que hemos visto, efectivamente, grupos también de la extrema izquierda, de las Brigadas Rojas o de los Montoneros, como usted dice, o de otro tipo de historias. En cualquier caso, creo que es una discusión también un poco estéril, sin decir si esta fue de extrema derecha, extrema izquierda, lo que está claro es que fue un movimiento totalitario, yo creo que racista, porque ETA no mató a nadie por ser de izquierdas o de derechas, mató por ser españoles. ETA mató a personas muy diversas. Incluso en la película mía contamos cómo ETA asesinó hace ahora 25 años a un intelectual como José Luis López de la Calle, que fue periodista, que estuvo cinco años en las cárceles franquistas por enfrentarse a la dictadura de Franco y después se enfrentó también a la dictadura de ETA y por eso le mataron. En fin, es una historia compleja, lógicamente».