Así lo indicó en la 99.9 la decana del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral al referirse a la baja en la natalidad de nuestro país en los últimos años.

La caída en la baja de natalidad de Argentina es un dato presente preocupante, pero que también tendrá afectaciones importantes a futuro. Así lo indica un estudio que realizó la Universidad Austral a través del Instituto de Ciencias para la Familia luego de un informe acerca de Estructuras familiares y cambios sociales en el país.
La decana de la institución, Lorena Bolzón habló al respecto a través de la 99.9 indicando que «la realidad es que el mundo entero está atravesando un cambio demográfico que ya se viene dando desde hace varios años atrás, que en general está liderado por la baja de la natalidad, el aumento de la esperanza de vida y los cambios migratorios. Esto antes uno por ahí lo veía en países más lejanos o ciertos países europeos, pero la realidad es que esto también está sucediendo en toda América Latina, en toda nuestra región. De hecho, nosotros no somos el país con la tasa de natalidad más baja, en eso nos supera Chile que tiene una tasa de natalidad de 1.2, pero Argentina tiene una tasa de una 1.4. Es una realidad preocupante».
En Argentina, todo parece suceder estrepitosamente y eso también se da en los índices de natalidad: «la característica de nuestro país, o eso por lo cual se ha destacado, es el hecho de que la caída se produjo en la última década, es decir, es muy poco tiempo para una caída tan abrupta del 40%. En todos los demás países ha venido bajando de manera paulatina. En Argentina desde el 2015 en adelante ha venido en caída libre la cantidad de niños que nacen en nuestro país. La tasa de reposición, indica que necesitamos que al menos que cada mujer tenga en promedio dos hijos como para poder reponer a la generación anterior, es decir, a la madre y al padre. Esto en Argentina no se está dando».
Lo que trabajaron desde la Universidad Austral fue en detectar los motivos de esta abrupta desaceleración: «analizamos distintos factores, porque como todo cambio social, esto tiene diversas aristas, es una cuestión multicausal. Hay factores económicos que claramente en una Argentina con tanta crisis económica, ha impactado. El hecho de sostener una familia es un problema. Pero no necesariamente el único factor. Encontramos muchos temas que tienen que ver con lo vincular. De hecho, estamos investigando particularmente la falta de deseo de los chicos de tener un proyecto para construir una familia. También ha habido en los últimos años una tendencia a la salida de la mujer hacia el desarrollo profesional, el mundo académico y demás, lo cual es súper bueno, es excelente y es un gran aporte a la sociedad. El problema es que parece que, como sociedad, ponemos a estas mujeres en la disyuntiva de tener que elegir entre ser madre o desarrollarse profesionalmente, cuando esto debiera ser un proyecto integral».
El desinterés por el hecho de formar una familia, no sólo está instalado en las mujeres, sino también en los hombres: «Hay una pérdida en el valor de lo que implica la maternidad y la paternidad en sí, se nota. Hay también una dificultad en los jóvenes hoy de vincularse entre ellos, están hiperconectados, pero les cuesta tener unas relaciones más estables, encontrar a alguien con quien construir un proyecto de futuro. Entonces hoy no lo vemos en los planes de vida. Paralelamente a esto, en los datos estadísticos lo que se observa es un retraso de la edad de la maternidad. Es decir, las mujeres están posponiendo el ser madres. De hecho, hace simplemente 10 años atrás, la franja etaria en la cual la mujer tenía preponderantemente hijos era entre los 20 y los 25 años. Hoy ese grupo etario ya está en el tercer puesto, porque los chicos se tienen más entre los 25 y los 35 años, y van subiendo las madres con mayor edad. Esto se choca con un hecho biológico y es que las mujeres somos naturalmente fértiles entre los 20 y los 30 años. Entonces cuanto más tiempo pase, más difícil nos va a ser quedar embarazadas. Podemos posponer la maternidad, pero cuidado, cuando lleguemos a una instancia donde por ahí no lo vamos a poder lograr ni siquiera recurriendo a técnicas de reproducción que hoy están en boga en todo el mundo, porque la efectividad de esas técnicas son menores al 40% y nadie lo dice».
Desde el punto de vista político, también se pueden aportar elementos para que no suceda esa desaceleración, pero no existen en Argentina: «En nuestro país no hay una política demográfica, no hay una política que incentive a esto asumir responsabilidades. Incluso hablábamos de la mujer salió al mundo laboral y al mundo profesional, esto no lo vemos acompañado de un ingreso del hombre a asumir mayores responsabilidades dentro del hogar. Entonces ahí también encontramos una falencia. Pero tiene que ser un proyecto compartido, tiene que ser un proyecto donde tanto mamá como papá son necesarios dentro del hogar. Y lo mismo en el mundo social, el hombre y la mujer tiene muchísimo para desarrollarse».
La Argentina además, ha tenido un fuerte incremento en la cantidad de personas que viven solas y eso también está directamente relacionado con esta problemática: «otro elemento que nosotros relevamos en relación a las estructuras de los hogares en nuestro país, es que han crecido enormemente los hogares unipersonales, es decir, las personas que viven solas. Para que ustedes se den cuenta, el 25, %, un cuarto de nuestro país vive sola. Entonces es un problema muy grande. Primero porque la soledad en sí, te diría que es el gran drama contemporáneo, esto de no tener con quien darte. Por eso también yo puedo entender este tema de las mascotas que vos mencionabas al principio, porque el ser humano no cambia o no ha cambiado esa necesidad de dar y de recibir cariño, porque somos seres sociales, y tal vez la mascota es la manera en que logramos canalizar esto que no podemos hacer con otras personas».
Por último, también está el problema productivo que se genera a futuro para sostener un sistema como el previsional que no es un punto menor pensando en los años venideros: «cuando estas generaciones mucho más acotadas lleguen a su edad económicamente activa, van a tener que sostener a los adultos mayores, mayores de 65 años. Las bajas de nacimiento vienen acompañadas de una mayor esperanza de vida. Entonces las personas vivimos mucho más años, y eso genera que cada vez hay más personas de más de 65 años. Hoy tenemos un 12% de nuestra población que tiene más de 65 años. Esto de los hogares unipersonales, cuando estas personas lleguen a que estén ya para jubilarse, o que tengan alguna enfermedad o una discapacidad, o lo que sea, o necesiten simplemente de cuidado, va a ser una falta muy grande. Es un tema de la pérdida de la familia. Obviamente que vivir solo no significa no tener ningún contacto con nadie, pero muchas de estas personas sí no van a tener lazos mucho más cercanos de sostén, que es lo que hace hoy la solidaridad familiar e intergeneracional. Entonces nos estamos acercando una sociedad muy distinta a la que nosotros estábamos acostumbrados», anticipó Bolzón.