La concejal de Mar Chiquita está denunciando junto a vecinos de Camet Norte la instalación de espigones ilegales y señaló en la 99.9 los casos de violencia que debieron padecer.

Los vecinos de Camet Norte comenzaron con un reclamo por la construcción de espigones ilegales que generan una modificación importante en el impacto ambiental de la zona, denunciando además la violencia institucional que sufrieron. Todo esto, ante el silencio generalizado sobre esta situación.
Una de las pocas personas que los acompañó institucionalmente en la exposición del tema es la concejal de ese partido, Gabriela Bértora que dio detalles de la gravedad de lo que está sucediendo: «Respecto del escollerado en Mar del Plata, hasta hace algunas décadas creíamos que tal vez eran la solución, ahora, pasados los años de conocimiento científico y observación y demás, vemos la necesidad imprescindible de pensar en términos integrados, porque si hago una escollera acá y unos metros más adelante al norte, va a socavar y va a producir mayor erosión, además de lo que produce también el lugar. Si lo pensamos en esos términos, viene siendo un negocio redondo, porque de aquí hasta Punta Indio va a haber escolleras, una al lado de la otra. Para poder llegar a que la única opción sean espigones perpendiculares a la playa, con todo lo que sabemos que eso produce, deben haber incumplido cuestiones graves, por ejemplo, de la declaración de impacto ambiental. Si no, no hubieran llegado a eso como única opción», dijo en la 99.9.
Ante la situación actual donde la empresa Jerónimo Rizzo está tratando de instalar espigones sin tener en cuenta el impacto que tendrá y que es algo ilegal, la edil agregó que «debemos decir que esto no es nuevo. Nos encontramos viviendo como déjà vu, con otras situaciones también, con escolleras, con un barrio privado a la entrada de Mar Chiquita, sobre la reserva de biosfera. Muchas situaciones que de fondo tienen lo mismo, situaciones corruptas, donde el costo es muy, muy caro. Y no hablamos de dinero nada más, porque el costo es para nosotros y para las generaciones futuras. La modificación en la geomorfología es para siempre y es una modificación profunda. Pedimos el cumplimiento y la supervisión de la declaración de impacto ambiental. Ahora, también hay una cautelar vigente desde el año 2020 en la zona, con prohibición de innovar para toda persona. Lo que hizo la jueza Valeria Basso fue emitir una notificación para la empresa Jerónimo Rizzo recordando que está la cautelar vigente, pero el daño ambiental ya está hecho».
Paralelamente, indicó que se está trabajando para poner a los vecinos unos contra otros, mientras las máquinas siguen activas: «hay un sistema de desinformación muy grave, donde se pone a unos contra otros, como diciendo los que no quieren las escolleras pretenden que Camet Norte desaparezca por la erosión costera, y los que sí quieren las escolleras, las quieren proteger».
Los límites se han comenzado a desdibujar porque sin motivo alguno a finales del año pasado cuatro vecinos fueron detenidos por pedir explicaciones al respecto en un hecho de violencia institucional que no trascendió: «el día 19 de diciembre algunos vecinos van y se presentan cuando quieren volver a mover las máquinas, entre ellos el abogado de la comunidad advirtiendo a los funcionarios y a los trabajadores de lo que estaban haciendo, diciendo que no pueden comenzar porque está esto, esto y esto. Eso lo toman de instrumento para llevarse detenidas a las cuatro personas. Terrible. A uno lo taclean, le meten la rodilla en la espalda y no estaba ni frente a la máquina, nada. Se ve perfectamente como está del otro lado mostrando una carpeta, le tiran el celular. O sea, una jugada con funcionarios públicos también participando de eso, con gente que salió de testigo en esa causa, que ni siquiera estaban ahí».
Todas estas cuestiones, no han hecho más que reforzar el espíritu de lucha de los vecinos que están decididos a seguir hasta las últimas consecuencias: «nosotros lo que pedimos es que, mientras se investiga si hay o no delito ambiental, por favor frenémoslo preventivamente, porque sigue sucediendo, eso no tiene vuelta atrás y encima provoca más erosión».
Por último, Bértora comentó lo que les pasó recientemente cuando estaban recorriendo tribunales en búsqueda de alguna respuesta: «nos pasó algo muy, muy alarmante. Cuando salimos de la fiscalía se acercaron unos policías y nos pidieron disculpas porque nos tenían que seguir; cosa que no entendimos. Primero pensé que era un chiste. Nos dijeron «si nos dicen a dónde van ahora, mejor, así no los estamos persiguiendo, porque no queda bien hacer eso en la calle». Le dijimos que íbamos al Contencioso Administrativo. Ahí fue otra policía y cuando entró un poco que se reía y dice ¿dónde está la manifestación de activistas cortando la calle? O sea, gravísimo. Después se tuvo que quedar afuera, lo dijo como riéndose, irónicamente. La habían mandado a eso, por orden de la Departamental y ni siquiera sabemos de parte de quién vino eso. Gravísimo».