El presidente de la Cámara Argentina de Armadores de Buques Pesqueros de Altura, habló sobre el acuerdo al que arribaron la semana pasada con el SIMAPE.

Los gremios del sector pesquero llegaron a un acuerdo momentáneo para salir a trabajar nuevamente en medio de un contexto muy complejo que tiene la pesca. El SIMAPE tuvo una reunión con distintos frentes para llegar a ese acuerdo, entre ellos, la Cámara Argentina de Armadores de Busques Pesqueros de Altura.
Su presidente, Diego García Luchetti, habló en la 99.9 sobre esta situación y destacó que «básicamente se trata de un acuerdo de crisis que hemos arribado con la mayoría de los gremios, en los cuales se puso por delante la situación general que estamos viviendo en la pesca. Esta situación viene de varios meses y logramos a través de un consenso con los gremios, que se llegue a un acuerdo que implica no pagar las cargas sociales en una parte importante del salario. Eso implica un alivio para los bolsillos de ambas partes. No es una solución de fondo, pero es una forma de tratar de mantener la paz social para seguir operando».
Ha sido un acuerdo con una parte del sector de trabajadores, porque también anticipó que queda pendiente todavía una reunión para la presente semana: «nos reuniremos con la Asociación de Capitanes el martes próximo. Estamos en el marco de una conciliación obligatoria que vencía el 7 de julio. O sea, la flota técnicamente no estaba paralizada, sino estaba operando».
El contexto internacional que está teniendo la pesca sumado a los problemas que se generan internamente con la cantidad de impuestos que pagan ha sido un combo que dejó el sistema en una situación muy complicada que trató de sintetizar García Luchetti: «Se nota un cambio en el consumidor global. Los productos commodity, como exportamos nosotros, obviamente están dejando de ser valorizados. Los precios en general de todos los productos pesqueros han bajado o se han mantenido en un precio muy bajo. Cuando digo los cambios de consumo me refiero a que ya quieren el producto prácticamente para comer, listo y terminado. Eso también ha afectado. Sumado a que la acuicultura viene con un fuerte crecimiento en algunas especies y compite muy fuerte el langostino de cultivo contra el langostino nuestro. Nuestra merluza congelada en tierra que va a Brasil también compite muy fuerte con otras especies de cultivo que también produce Brasil, aparte de que importa. Esa situación general es algo que parece que ha venido para quedarse, le sumamos nuestros problemas internos de costos, entonces el panorama no es bueno».
A pesar de haber expresado todo esto de manera contundente ante los funcionarios que los han atendido, el gobierno no les da ningún tipo de respuesta. Por el contrario, indicó que «la pesca es la única economía regional a la que se le mantuvieron los derechos de exportación. A esta altura ni siquiera es posible compensarlo. Es tanto el desfasaje que todo ese poquito que se va sumando, que vamos teniendo, tratando de pelear costos internos y reducir y sacar impuestos, son todos paliativos que no llegan ni siquiera a compensar el diferencial que tenemos. Realmente el tipo de cambio en el caso de una actividad exportadora como la nuestra es lineal. Lo ideal sería ir tratando de bajar impuestos, como es el derecho exportación, un mal impuesto, como todo el mundo lo conoce».
Para algunos actores de la pesca, el problema principal es Federico Sturzenegger que actúa como una traba constante para el sector: «No hemos tenido ningún contacto ni acercamiento con Sturzenegger. No sé si es la piedra del zapato, pero fue la piedra que quedó con la ley bases. Parece que nunca se salió del zapato. Después de transcurrir todos esos meses en los cuales se logró sacar la ley federal de pesca de los proyectos de reforma, la relación con el gobierno, con esa parte del gobierno, nunca quedó aceitada ni fluida», dijo.