La periodista es presidenta de la Asociación «Esperanza de Libertad» donde ayudan a mujeres de Afganistán a salir del país y radicarse en España ante la opresión del régimen talibán.

La situación que viven las mujeres en Afganistán no siempre es reflejada de la debida manera porque el régimen talibán las ha sometido dejándolas absolutamente sin derechos. Algunas mujeres pudieron escapar del régimen y hoy están luchando para que otras puedan seguir ese mismo camino.
La periodista Khadija Amin es presidenta de la Asociación «Esperanza de Libertad» en España, luego de haber escapado de su propio país y contó la experiencia en la 99.9: «Aunque estoy bien, no puedo decir bien porque lo que está pasando en Afganistán, pues no me deja estar bien, porque cada vez que escucho noticias de allí, a mí personalmente me afecta muchísimo cómo están sufriendo las mujeres dentro de Afganistán».
Su historia personal fue muy difícil de atravesar y realmente tuvo suerte de escapar de la difícil situación que debió afrontar: «yo era presentadora del informativo en Televisión Nacional de Afganistán hasta 15 de agosto de 2021 que los talibanes volvieron a tomar el poder en Afganistán. Hasta este día por la mañana yo estaba trabajando a las 9 de la mañana, fui a la oficina para presentar informativo y a las 12 me obligaron a abandonar la oficina. Esto la verdad fue muy duro para mí. No imaginaba que esto se va suceder en Afganistán, pero desafortunadamente el regreso de los talibanes ha dado un golpe muy fuerte a las mujeres. Desde que tomaron el poder, empezaron a arrebatar todos los derechos fundamentales de las mujeres en Afganistán, que hoy en día no tienen ningún derecho, no pueden estudiar, Afganistán es el único país del mundo que las niñas no pueden estudiar, no pueden trabajar. Otras cosas que son muy básicas como ir al gimnasio, ir al parque, salir sola, salones de belleza, todo, todo está cerrado por los talibanes. Y cada día más restricciones han puesto a las mujeres y convirtieron Afganistán a una prisión para las mujeres».
Han llegado al límite de no permitirles hablar en público como un último derecho que fue cercenado autoritariamente. Ante esa situación, decidió hacer algo: «Siquiera en la cárcel pueden hablar entre ellas, pero en Afganistán ni siquiera pueden hablar, les quitaron incluso voz, no dejan a las mujeres que hablen en público cantar, escuchar música, está todo prohibido en Afganistán. A mí me amenazaron de muerte, no me dejaron volver a ejercer el periodismo en Afganistán. Una de las periodistas españolas me ayudó con el gobierno de España a salir de Afganistán. Esta salida fue algo que a mí no me ha dado tiempo ni de preparar mi maleta, ni despedir a mis seres queridos, no me ha dado tiempo a nada. Solo tomé la bandera de mi país y salí corriendo. Llegué a España el 22 de agosto de 2021 y pues tuve que empezar todo de cero, aprender el idioma, integración. No fue fácil porque sales de una situación tan traumatizada y llegas a un país que no sabes nada. Choque cultural, cambio del idioma, pues hay muchas cosas, pero el apoyo que tuve aquí, gente que me ayudó, pues ahora sigo ejerciendo el periodismo en España».
Todo lo que está sucediendo, en el mundo no es noticia, mucha gente no sabe que está pasando y también destacó la necesidad de expresarlo públicamente para que se tome conciencia: «No podemos hacer nada porque estamos solas en esta lucha. Yo tuve suerte que salí de Afganistán, pero durante estos cuatro años hemos ayudado a través de nuestra asociación a 34 mujeres a salir de Afganistán y llegar a España con un visado. Necesitamos más espacios para dar visibilidad a la situación de Afganistán. Es un tema muy complicado porque si la comunidad internacional no hace nada por nosotras, aunque nosotras no nos vamos a rendir, es muy difícil porque hay tantos conflictos en el mundo que ya han olvidado que se necesita normalizar la situación de Afganistán que es un horror».