
Una vivienda en el barrio Belisario Roldán se encuentra usurpada. Cuando el dueño fue a reclamar, lo atacaron a cuchillazos. Guadalupe Aquino del Polo Obrero —quien formó parte también de las listas de Acción Marplatense— es una de las okupas.
En algunos sectores de la sociedad marplatense, todo lo relacionado con las viviendas es un enorme galimatías. Sí, hay quienes a sabiendas se meten en un terreno o una propiedad que no les pertenece y lo toman a la fuerza; pero también hay muchas situaciones en las cuales la gente cree honestamente que hizo todo bien, y que compró la propiedad en regla. La política especula mucho con estas situaciones de profunda necesidad, convirtiendo los planes de viviendas a veces en enormes estafas para el fisco, a veces en oportunidades para hacer negocios oscuros.
En el caso que nos ocupa hoy, Néstor Juárez, vecino del barrio Belisario Roldán, compró una casa por la cual se firmó un contrato de cesión de derechos en mayo del 2020. En febrero del 2024, luego de una operación tras haber sufrido un traumatismo de cráneo en un hecho delictivo del que fue víctima, Juárez tuvo que irse a vivir por un tiempo con su madre, ya que requería de cuidados especiales. Aprovechando su ausencia, un grupo de personas liderado por Guadalupe Aquino, a quien se señala como referente del Polo Obrero y quien en su momento participó de las listas de Acción Marplatense, se metieron en la casa. El dato de que la vivienda estaba desocupada, lo habían obtenido de la hermana de Juárez que, sin imaginarse que de esa manera podría estar perjudicando a su hermano, les había contado todas las circunstancias de su operación y demás a sus compañeros de trabajo. Uno de ellos —quien luego resulta ser el hermano de Guadalupe Aquino— se mostraba continuamente interesado en el tema, y más de una vez les hizo el comentario de que tuvieran cuidado, porque una casa en esas condiciones podía terminar usurpada.
La causa
En un posteo en redes sociales, Juárez hace su propio resumen de lo ocurrido: «Quería escrachar a esta gente que usurparon mi casa en el barrio Belisario Roldán hace aproximadamente cuatro meses, cuando en ese momento estaba internado para operarme por un traumatismo de cráneo aprovecharon esa ocasión para meterse porque mi casa estaba sola. Anoche alrededor de las 19 hs fui a pedirle con papeles de la casa que desalojen la vivienda y Guadalupe Aquino, Emilse González y su yerno José Ríos que llegó en un auto con un tipo más, este mismo José se bajó del auto y me atacó con un cuchillo, lastimándome pierna, brazo y mano. Mientras que el del auto salió marcha atrás a toda velocidad queriendo chocar a vecinos (no hubo heridos), chocó contra un poste y se dio a la fuga. La policía dejó que ellos e queden en mi casa y no ayudó en nada. Tardaron muchísimo tiempo en llegar y apenas me presenté en mi domicilio yo ya había llamado, hasta que llegó la policía hubo ocurrido todo. Yo en estos momentos me encuentro con mi hija de 4 años sin casa mientras que ellos están en MI CASA viviendo tranquilamente. Hago este descargo porque últimamente en el Belisario Roldán y distintas zonas están usurpando casas, esto lo hago para que estén atentos y no le pase a nadie más, ayúdenme a difundir esta injusticia.»
Además, Juárez se presentó en la Justicia patrocinado por el abogado Federico Siepe y aportando diferente prueba documental como el contrato de cesión de derechos, las notas que presentó ante el Instituto de la Vivienda para regularizar la situación del inmueble, y boletas de pago.
El testimonio
Miriam Juárez, la hermana de Néstor, brindó una entrevista a la FM 99.9 donde aportó detalles al respecto de esta situación.
Cuenta: «La vivienda está ubicada en el barrio Belisario Roldán, son las viviendas que en su momento daba el gobierno. Mi hermano la compró en pandemia. En enero del año pasado, a mi hermano lo asaltaron, le pegaron y le quebraron la mandíbula. Estuvo hospitalizado y después fue operado».
Como cualquier persona que atraviesa una situación familiar difícil, Miriam confió en su entorno, y les contó lo que le había sucedido a Néstor, sin imaginarse que podía estar perjudicándolo a la larga: «En ese trayecto yo le contaba a uno de mis compañeros lo que había pasado con mi hermano, porque hacía años que trabajábamos juntos. Él me preguntaba dónde era la casa y en un momento me dice “Ah, mi hermana vive por ahí cerca”. Y un día me traía a mi casa —había confianza porque nos conocíamos, salíamos todos los del grupo a comer y todo— y él me dice “¿Dónde queda la casa de tu hermano?” Y yo se la muestro, porque quedaba de pasada para la casa de mis padres. Él siempre me decía: “Tengan cuidado porque se la pueden usurpar”. Al tiempo, nos llaman los vecinos y nos dicen que la casa estaba usurpada y me entero que es la familia de este chico, de mi compañero. Es Guadalupe Aquino, que es delegada del Polo Obrero».
Al respecto de la denuncia, cuenta: «Está todo presentado. Mi hermano hizo la denuncia penal por usurpación, pero como dicha causa no se mueve, tuvimos que iniciar la demanda por desalojo en sede civil».
Continúa, brindado detalles del violento accionar de esta gente: «Guadalupe Aquino usurpó la casa de mi hermano y se la dio a su hija, Emilce González. Un día le digo: “Bueno, ya está, vamos, yo te acompaño a sacar a esta gente, a decirle que por favor se vaya”. Yo ya tenía amenazas por parte de Guadalupe Aquino, diciendo que iba a ir a buscarme a mi casa o al trabajo, para matarme a mí y a mi papá. Cuando fuimos a la casa de mi hermano, estaba Emilce. Le pedí por facor que se vaya y vino Guadalupe con otro hombre, con cuchillos. Agarraron a mi hermano y lo tenían con cuchillos. Después vino el marido de Emilce con un cuchillo de carnicero y le cortó la mano, el brazo y la pierna a mi hermano».
Continúa: «Ellos nos denunciaron a nosotros, pero salieron todos los vecinos a apoyar a mi hermano porque lo conocen y son estos mismos vecinos que están pidiendo que los saquen porque, encima, ellos están ofreciendo la casa para venderla».
Al respecto de la situación del inmueble, cuenta Miriam: «Cuando mi hermano la compró, no sabía que esas casas no se vendían ni se compraban, y en su momento no fue al Instituto de la Vivienda (a regularizar la situación del inmueble) porque no sabía que era así. Él hizo toda la operación a través de un abogado o un escribano, no sé bien. Nosotros tenemos los papeles de la casa, tenemos todo firmado, lo único que no tenemos es la escritura, porque la casa está usurpada. Ellos se quieren quedar con la casa porque dicen “esas casas no se compran, no se venden”. ¿Pero sí se pueden usurpar?».