El periodista y analista de conversación pública en redes habló en la 99.9 sobre la forma en que se utilizan las redes sociales y los medios de comunicación para la información y el debate.

El impacto del debate político en redes sociales es realmente importante superando a lo que pueda hacer actualmente la televisión en este ámbito. El periodista Diego Corbalán, analista de conversación pública en redes, se refirió al tema en la 99.9.
En principio indicó que «es un poco difícil de dimensionar porque en realidad es una percepción más social de lo que se considera real, pero digamos que en conversación pública nos encontramos con un universo de discusiones que tiene preeminencia en lo político sobre todo por el impulso de la propia red social X, que es la que tracciona bastante esa discusión política. También aparece mucho el componente mediático, o sea, las discusiones propias de los medios vinculadas a las grandes figuras, a las figuras muy conocidas, como puede llegar a ser Wanda Nara, Mauro Icardi y demás. Incluso ahora la separación del actor Nicolás Vázquez también está suscitando mucho interés y eso se entremezcla mucho con la discusión política y otras discusiones como pueden ser lo económico».
Distinto funciona para los argentinos, el interés reflejado en los buscadores: «medimos también el interés de los argentinos buscando información en la web, fundamentalmente en Google y ahí la supremacía del Deporte es prácticamente total: el Mundial de Clubes como el que se está jugando ahora, que termina el fin de semana, vuelve loco los teléfonos de los argentinos porque todo el mundo quiere tener información. Es decir que es bastante complejo definir una tendencia unívoca, pero es cierto que entre la política y el fútbol por ahí pasa un poco el humor de los argentinos».
A partir de los datos que ha analizado, indicó que no está todo el mundo expresándose constantemente en redes sociales, pero si las consumen: «estoy convencidísimo que en las redes sociales no estamos todos, pero sí estamos todos los que tenemos una opinión bastante consolidada. Entonces los que estamos en las redes, insisto, no somos el total de la población pero funcionamos como líderes de opinión. Hay gente que es famosa sin decir nada, solo por subir imágenes o por subir vídeos, especialmente en TikTok. Creo que la gente cuando va a las redes sociales, sí, indudablemente va a ratificar su sesgo, va a buscar ese lugar de confort. Y no necesariamente todos tenemos que estar en las redes y publicando, porque existe, una realidad de millones de personas que están navegando las redes y no publican nada. Creo que terminan eligiendo un lugar de pertenencia. Así que las redes por un lado fijan sentido y por otro lado lo ratifican. Es un juego doble. Como así también las redes se nutren de los medios de comunicación y los medios también le marcan un poco la agenda a las redes».
La manera de interacción entre las redes sociales y los medios de comunicación es completamente distinto porque el acceso es inmediato desde un lugar y no tanto desde el otro: «las redes le dan a los medios de comunicación un insumo fenomenal y los medios se encargan de amplificar ese contenido en sus propias redes, con sus propios criterios, y eso termina traspasando y llegando a una platea mucho más lejana. Eso lo que termina siendo es que aquellos que ni tengan redes ni tengan medios terminen recibiendo el material, el contenido, porque terminan siendo conversación de café, conversación de trabajo, de sobremesa. Con lo cual las redes se han integrado maravillosamente bien en un ecosistema mediático. Por supuesto que con redes solo no alcanza, pero ellas sí se encargan de darle más que más que trascendencia, se encargan de darle velocidad a esa trascendencia, que es lo que todavía logran los medios de comunicación».
Para Corbalán en ese sentido, es muy importante la educación en este nuevo aspecto de la vida social y es un debate que no siempre está presente: «siempre termino discutiendo el tema de la educación digital de la ciudadanía. Cómo hemos sido formados en el mundo digital, cómo nos han preparado, cómo nos han advertido. Y eso es una discusión que no existe en ningún lado. Creo que ni siquiera en los claustros universitarios. Probablemente sí, pero en la educación primaria y secundaria no sé hasta qué punto hay conciencia y voluntad de cambiarlo. Conciencia seguramente la hay, pero no sé hasta dónde hay voluntad de cambio».
Todo eso tiene también un impacto al momento del voto por ejemplo, que es el ejemplo más claro de ejercer derechos y como no se aprovechan los medios para informarse que existen en la actualidad: «Somos una sociedad que se acostumbró también un poco a que se decida por nosotros. Y no lo digo solo por la Argentina. Cuando hay que tener plena libertad, ejercerla y preservando a los demás y preservándola a nosotros, es un laburo y muchas veces creo que optamos por esa comodidad, de que resuelvan por nosotros y sentir que alguien está haciendo algo por nosotros. Es una pereza peligrosa, porque nosotros eso lo vemos mucho cuando llegan los procesos electorales sin haberse informado debidamente durante, supongamos, dos años. Con la petulancia de querer ir a votar, exigir a los políticos cosas de las cuales hasta ahora no se exigió absolutamente nada y con una ignorancia bastante peligrosa porque se va a votar a gente que no se conoce».