Londres pinta las aceras de la ciudad con líneas moradas ante el auge de robos de teléfonos móviles: «Cuidado con el tirón»

La capital británica vuelve a ofrecer una imagen preocupante de deterioro urbano y auge del crimen callejero. Westminster registró el robo de más de 34.000 teléfonos móviles durante 2024, una media de 94 al día. En respuesta, las autoridades locales han optado por pintar líneas moradas en las aceras para advertir a los peatones del peligro de usar el móvil cerca del bordillo.

La iniciativa, impulsada por la cadena de productos electrónicos Currys y bautizada como «Mind the Grab» («Cuidado con el tirón«, en español), toma como referencia la mítica advertencia del metro londinense –»Mind the Gap» («Cuidado con el hueco»)– y busca reducir los hurtos en una de las calles más transitadas de la ciudad, Oxford Street.

Los robos, en su mayoría cometidos por delincuentes que actúan desde motocicletas o bicicletas eléctricas, han generado un clima de temor entre los ciudadanos. Según una encuesta encargada por Currys, el 77% de los británicos considera que el robo de móviles es un problema grave en el país. En ciudades como Londres, esa percepción asciende al 88%. Casi tres de cada cuatro personas afirman sentir miedo a que les arrebaten el teléfono en plena calle.

El proyecto cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de Westminster, la Policía Metropolitana y la organización benéfica Crimestoppers. Además, Currys ha entrenado a su personal en la tienda de Oxford Street para ofrecer asistencia inmediata a las víctimas: desde contactar con familiares hasta cancelar tarjetas bancarias y facilitar el regreso a casa.

El jefe comercial de Currys, Ed Connolly, no oculta la gravedad de la situación: «El robo de móviles no es sólo perder un dispositivo: es una experiencia invasiva y aterradora que desconecta a las personas de su dinero, sus seres queridos y su vida diaria».

La campaña cuenta también con la participación del Instituto de Investigación sobre Política Criminal y de Justicia (ICPR) de la Universidad de Londres. Sus investigadores esperan que esta técnica de “nudge” –pequeño empujón psicológico– logre cambiar el comportamiento de los peatones y reducir los robos en las “zonas calientes” de la ciudad.

Con las aceras teñidas de morado y el crimen cada vez más visible, la pregunta inevitable es si Londres está recurriendo a la cosmética urbana como parche ante un problema que requiere soluciones más contundentes.