La bióloga marina de la Prefectura Naval Argentina, Nadia Cerino, compartió su experiencia en la expedición al cañón submarino de Mar del Plata, que tuvo gran repercusión internacional. Relató los hallazgos científicos, la sorpresa por la biodiversidad en la oscuridad absoluta, la presencia de residuos humanos y la necesidad de generar conciencia sobre el cuidado del mar.

La bióloga marina de la Prefectura Naval Argentina, Nadia Cerino, participó de la expedición al cañón submarino de Mar del Plata y calificó la experiencia como “increíble” e “impensada”. “Fue toda una locura, fue increíble. Nosotros habíamos tenido la consigna de transmitirlo y no pensábamos tener esa repercusión. A nivel de conocimiento hay un montón de cosas que se desconocen y este es material de estudio para muchos años por delante”, señaló en la 99.9.
Consultada sobre la vida en esas profundidades, explicó: “Nosotros, con los conocimientos que tenemos, pensamos que es imposible encontrar vida ahí abajo, porque el concepto siempre es que el origen de la vida sale de los productores, de las plantas, de las algas, todo a base de la luz. Y ahí abajo es completamente oscuro. Nosotros lo que veíamos era gracias a la luz del robot, pero si no es una oscuridad absoluta”.
Cerino remarcó que la expedición comprobó que la vida se desarrolla plenamente en esas condiciones: “Estos animales están muy adaptados a esa oscuridad. Al no haber plantas, los organismos son detritívoros, que comen la materia orgánica que va cayendo, lo que se llama nieve marina. Esa nieve marina es materia orgánica y animales muy pequeños, puede ser zooplancton. Los animales más grandes se alimentan de eso, muchos filtradores, después carnívoros que se comen unos a otros. Todo lo que veíamos eran animales, no había plantas, y pudimos ver que la vida se desarrolla perfectamente aunque esté ausente la luz”.
Uno de los aspectos que más comentarios generó fue la aparición de basura a esa profundidad, en particular una bolsa con inscripciones chinas. Sobre esto, la bióloga aclaró: “Se encontró algo de basura, pero desde mi posición estoy contenta porque se encontró muy poca. Sabemos que hay cañones que están repletos de basura, que son basurales, y nosotros la verdad que encontramos dos o tres bolsas, una bota y una línea de pesca. No es nada con lo que pensábamos podíamos encontrar”.
A modo de reflexión, agregó: “Hablamos de una bolsa con inscripciones chinas, mientras que cuando vamos a la playa tenemos 200 bolsas nuestras volando. Yo soy de esas locas que baja con la bolsita juntando la mugre, pero creo que es buenísimo que tomemos conciencia de nuestro propio cuidado”.
Incluso destacó que los pocos residuos hallados mostraban procesos de adaptación biológica: “La basura que encontramos ya estaba colonizada con organismos. Eso quiere decir que hacía bastante que estaba y, al menos, los organismos habían encontrado un sustrato para vivir”.