El profesor Emiliano Vena destacó que el proyecto, surgido en un taller del Instituto Industrial “Pablo Tavelli”, busca motivar a los alumnos con un desarrollo real y ya despertó el interés de la Armada, el INIDEP y el astillero SPI.

El profesor Emiliano Vena, del Instituto Industrial “Pablo Tavelli”, explicó en la 99.9 cómo se gestó el proyecto de un dron submarino desarrollado por estudiantes marplatenses, que ya genera expectativas en distintos ámbitos industriales y científicos. “Empezamos este año en abril en un taller que se llama Instalaciones, Aplicación a Energía. Siempre se trabaja con proyectos que motiven a los chicos a terminar algo, verlo funcionar, y la idea inicial fue hacer un dron volador, pero nos pareció demasiado común. Entonces buscamos en nuestra identidad marplatense y surgió la propuesta de hacer un dron submarino”, señaló.
Para definir posibles aplicaciones, los alumnos y docentes se reunieron con buzos tácticos de la Armada, investigadores del INIDEP y referentes del astillero SPI. “De ahí surgieron varias ideas: desde la asistencia a buzos, pasando por la investigación, hasta la inspección de buques y estructuras submarinas. El apoyo del astillero SPI fue fundamental para llevarlo adelante”, remarcó Vena.
El docente explicó que el desarrollo se basa en un ensamblaje de módulos tecnológicos accesibles que permiten diseñar un prototipo adaptable: “Los chicos se separaron en grupos, diseñaron, imprimieron y ensamblaron la estructura. Hay motores y componentes disponibles, pero todo requiere programación. El dron se autonivela y puede mantenerse en la profundidad deseada, igual que un dron aéreo lo hace con la altura. Esto puede evitar que un buzo tenga que descender en situaciones de riesgo o costo elevado”.
Actualmente utilizan software libre, pero ya piensan en avanzar hacia un desarrollo propio. “Estamos trabajando con ArduSub, un software de código abierto que se usa junto con placas Arduino. El próximo paso es crear nuestro propio software para el control remoto y poder sumar elementos como un brazo mecánico o hidrófonos, según la aplicación que se le dé al dron”, detalló Vena.
El prototipo, que pesa apenas dos kilos y puede transportarse en una mochila, representa una ventaja frente a otros equipos de gran tamaño. “Lo que nos contaba la gente del INIDEP es que poner en funcionamiento un equipo de este tipo puede llevar una hora, mientras que este dron se activa en 5 o 10 minutos. Eso lo hace muy valioso para ciertas situaciones rápidas”, indicó.
Vena adelantó que antes de fin de año esperan realizar pruebas en distintos escenarios: “Queremos empezar con relevamientos en las lagunas artificiales de Punta Mogotes y también en el puerto, donde hay interés en estudios de biodiversidad. Los buzos tácticos nos ofrecieron hacer pruebas en la base y el entusiasmo de los chicos es enorme”.
Finalmente, destacó el impacto en la comunidad educativa: “Toda la escuela está revolucionada con esto. No sé cómo vamos a mantener el nivel de proyectos después, porque todos están mucho más interesados. Es inspirador ver cómo los alumnos se comprometen con algo que tiene aplicaciones concretas en nuestra ciudad”.