El analista internacional Alberto Priego, autor del libro Israel, una democracia necesaria en Oriente Próximo, dialogó en la 99.9 sobre la importancia de la continuidad democrática del Estado israelí, el impacto del pogromo del 7 de octubre de 2023 y la mirada crítica que predomina en Europa respecto del conflicto en Gaza.

El analista internacional y profesor universitario Alberto Priego, quien en los próximos días publicará su libro Israel, una democracia necesaria en Oriente Próximo, explicó en la 99.9 que Israel constituye “la única democracia en Medio Oriente” según los índices internacionales, y que su existencia resulta indispensable para la región. “Es necesario que Israel siga siendo una democracia para que tenga cierta influencia en sus vecinos y podamos extender el modelo democrático a otros lugares, porque es la mayor garantía de elementos pacíficos”, afirmó.
Consultado sobre las críticas que señalan un “determinismo autoritario” en el mundo árabe, sostuvo que esas generalizaciones no tienen fundamento científico: “Lo mismo se decía de países europeos en los años 40 o en el sur de Europa en los 60, y luego demostraron lo contrario. Las condiciones hoy quizá no se dan, pero no soy pesimista respecto de que puedan surgir democracias en la región”.
Respecto del pogromo del 7 de octubre de 2023, lo calificó como “el peor de la historia de Israel”, remarcando que puso en crisis la razón de ser del Estado. “Israel existe para que los judíos puedan vivir sin miedo a ser perseguidos, y ese día sufrieron en su propio territorio lo que en otros siglos padecieron en Europa. Eso ha derivado en una escalada bélica, en divisiones internas y en un deterioro de la imagen internacional”, explicó.
En relación con el clima europeo, Priego destacó que “un 84 % de la población española considera lo ocurrido en Israel como un genocidio”, de acuerdo con un informe del Real Instituto Elcano. Aseguró que la crítica “atraviesa sectores que antes no eran hostiles” y se expresa tanto en la sociedad como en el ámbito político.
Sobre su libro, adelantó que busca ofrecer una visión de largo plazo: “Intento plantear cómo Israel se fue creando incluso antes de la independencia, por qué el proyecto judío resultó más exitoso que el palestino, la continuidad de ciertos comportamientos desde los pogromos de los años 30 hasta la Segunda Intifada, y también los errores que ha cometido Israel en su historia”.
Finalmente, subrayó la diversidad interna del país: “No hay sociedad más heterogénea que la israelí. En Israel conviven judíos de Yemen, Etiopía, Moldavia, Argentina o Marruecos, unidos por la religión, y además los árabes –musulmanes y cristianos– tienen grados de libertad que muchas veces se desconocen. La tercera fuerza política del parlamento israelí es un partido árabe, y hay vicerectores árabes en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Esos datos son importantes para desmontar prejuicios que derivan en hostilidad”.