La coordinadora del Dispositivo Territorial Comunitario del barrio El Martillo, que depende de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación, advirtió en la 99.9 sobre el aumento de consultas por consumos problemáticos, el impacto de la crisis social en los barrios y la falta de recursos para sostener la tarea. “Seis trabajadores fueron desvinculados en julio y la mayoría de los que quedamos estamos por debajo de la línea de pobreza”, señaló.

En diálogo con la 99.9, Soledad Elizalde, coordinadora del Dispositivo Territorial Comunitario (DTC) del barrio El Martillo, explicó que la estructura de atención se encuentra activa también en Malvinas y Bosque Grande desde 2014. “Funcionamos hace más de diez años y hoy la situación es crítica”, afirmó.
La referente de SEDRONAR aclaró que no hablan de “drogadependientes”, sino de personas con consumos problemáticos de sustancias, atravesadas por contextos de fragilidad social. “Cuando los países como el nuestro entran en crisis, eso repercute en los lugares más frágiles. Aparecen problemáticas más duras y por supuesto mayor número de consultas”, advirtió.
Consultada sobre el crecimiento de los casos, Elizalde sostuvo: “Aumenta la cantidad de personas que consumen problemáticamente sustancias y aparece también mayor complejidad en el tejido social. Hay más consultas, y eso es un dato concreto”.
Para la coordinadora, la violencia que se registra en los barrios está vinculada a la falta de respuestas estatales y al deterioro de los lazos comunitarios: “Si las escuelas tienen menos programas, los comedores se cierran o la comida es de peor calidad, aparecen otras problemáticas. Lo mismo cuando los clubes barriales dejan de funcionar. Esos espacios contenían a los chicos y hoy ya no están. No digo que automáticamente se vinculen al narco, pero cuando los tejidos sociales se resquebrajan, surgen violencias y relaciones que no regula el Estado”.
En ese marco, señaló que la prioridad de muchas familias es apenas sobrevivir: “Cuando no se garantizan derechos básicos, sobrevivir es la tarea. Comer, no tener frío, poder calzarse para ir a trabajar o que tus hijos vayan a la escuela. Eso es lo básico de lo básico”.
Respecto de la función de los DTC, remarcó: “Somos equipos de salud que nacen al calor de la ley de salud mental. Tenemos psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, talleristas y articulamos con iglesias, clubes de barrio, polideportivos, efectores de salud municipales y provinciales, escuelas de fútbol. Nuestra tarea es generar espacios y respuestas: desde un taller o una actividad deportiva hasta un tratamiento ambulatorio o una asistencia farmacológica”.
Sin embargo, la funcionaria advirtió sobre el vaciamiento: “En julio echaron a seis trabajadores de nuestro equipo en El Martillo, otros cuatro en Malvinas y muchos más en todo el país. En un equipo de 20 personas, perder seis es un montón. Eso resiente la atención. Además, los trabajadores estamos muy precarizados”.
Al respecto, agregó: “La mayoría de quienes integramos los dispositivos que dependen de SEDRONAR cobramos sueldos muy por debajo de la línea de pobreza. En comparación, los salarios de Provincia son el doble. Mis compañeros, salvo dos, cobran 350 mil pesos, lo cual es totalmente insuficiente”.