Gabriela Pagnussat: “Buscamos que las plantas puedan resistir las olas de calor mediante edición genética”

La científica marplatense Gabriela Pagnussat, ganadora del Premio L’Oréal-Unesco por las Mujeres en la Ciencia, explicó en la 99.9 los alcances de su investigación sobre resistencia al calor en cultivos. El proyecto aplica la tecnología CRISPR y ya avanza en su validación en arroz y soja.

La científica marplatense Gabriela Carolina Pagnussat, investigadora del CONICET y ganadora de la 19ª edición del Premio L’Oréal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia”, dialogó con la 99.9 sobre el proyecto que la llevó a recibir uno de los reconocimientos más prestigiosos del país. Su trabajo, fruto de más de 12 años de investigación básica, busca desarrollar cultivos capaces de resistir las olas de calor extremo, una de las consecuencias más preocupantes del cambio climático.

“El proyecto ganador surge de una pregunta básica: qué le ocurre a una célula vegetal cuando se expone a temperaturas altas. A partir de esa investigación descubrimos genes, moléculas y procesos celulares involucrados en la muerte celular causada por el calor”, explicó Pagnussat. “Con ese conocimiento, pudimos identificar un gen clave, llamado swap, que al ser editado podría ayudar a las plantas a tolerar mejor esas condiciones extremas”, detalló.

Actualmente, su equipo se encuentra en la etapa de validación de la tecnología en cultivos de arroz y soja, con el objetivo de trasladar el descubrimiento científico a la práctica agronómica. “Toda innovación parte del conocimiento generado. Sin ciencia básica no hay innovación posible. Ahora estamos usando esa base para validar una herramienta biotecnológica en especies de interés agrícola”, señaló.

A diferencia de los cultivos transgénicos tradicionales, el enfoque que lidera Pagnussat no incorpora ADN de otras especies, sino que edita los genes propios de la planta. “La tecnología que usamos se llama CRISPR. Permite, con absoluta precisión, modificar una secuencia del genoma de la planta para activar o desactivar un gen. En este caso, lo hacemos para que la planta responda mejor al calor. Es un proceso más sencillo desde el punto de vista regulatorio y más rápido de aplicar”, indicó.

La investigadora también reveló que, junto a otras dos científicas del CONICET, fundó la empresa de base tecnológica Thermorelif, con el propósito de atraer inversión privada y acelerar la validación en distintas especies vegetales. “Es un ejemplo de cómo se puede pasar de la ciencia básica a la innovación tecnológica, generando conocimiento que no solo es relevante a nivel científico, sino también con impacto concreto en la producción y la adaptación al cambio climático”, concluyó.