Un grito de desahogo que ni el diluvio pudo acallar: justicia por Cecilia

Los chaqueños siguieron expectantes el juicio por el femicidio de Cecilia.

Diluvió y nadie se movió. Eran más de las 18 y el jurado popular ya llevaba cinco horas para definir si los miembros del clan Sena serían culpables del femicidio de Cecilia Strzyzowski. Con el paso del tiempo, los carteles comenzaban a romperse por el uso, pero los manifestantes seguían agitando los globos y sonaba una canción: “A cada minuto de cada semana nos roban amigas, nos matan hermanas. Destrozan sus cuerpos, los desaparecen. No olvide a Cecilia por favor, señor Presidente. Por todas marchando, aquí en Resistencia, por las comandantas peleando con fuerza, por las pibas luchando en Barranqueras. Por todas las madres chaqueñas cantamos sin miedos, pedimos Justicia, gritamos por cada desaparecida. Que resuene fuerte nos queremos vivas. Que caiga con fuerza el feminicida”.

“Jurado, jurado, estamos de su lado”, gritaban quienes se habían acercado el viernes, en la primera jornada de deliberación, a la Plaza 25 de mayo, la principal de esta Ciudad, para esperar el veredicto de los 12 ciudadanos que debatían en el edificio judicial ubicado en frente.

Este sábado, la sentencia se escuchó por un parlante. A cada condena se respondía con aplausos y pedidos de Justicia por Cecilia. Pasaban autos que transmitían el veredicto a todo volumen. Cuando se conoció el desenlace, el grito de apoyo a los jurados cambió: “Hay justicia en Chaco” en un escenario completamente rosa, el color favorito de Cecilia.

Muchas mujeres eligieron vestirse de rosa. Trajeron pañuelos de Cecilia, los mismo que se usaron en las incontables marchas en 2023 para pedir Justicia, otras globos o banderas. Sus carteles pedían justicia: por Cecilia, por todas. Y otras pancartas exigían que no haya “más impunidad”. Había policías mujeres en el cordón de seguridad que lloraban. “El Chaco exige justicia”, decía la bandera colgada hace días en las rejas del Centro de Estudios Judiciales de esta ciudad donde se desarrolló el juicio. Otra pancarta llevaba la frase: “Nos quitaron tanto que perdimos el miedo”.

En 2023, el femicidio de Cecilia fue un punto de inflexión. Las marchas en reclamo por su desaparición empezaron tímidas. Las precisiones que iban apareciendo sobre el macabro femicidio lograron que se convirtieran en masivas. También desnudaron cómo se manejó una familia muy vinculada con el gobernador provincial, Jorge Capitanich. Creyeron que bastaba con donar los muebles de una habitación para hacer desaparecer una prueba. Las caras de Emerenciano y Acuña estaban en las boletas de una de las listas colectoras que acompañarían al gobernador. Emerenciano se postulaba a diputado provincial y ella como intendenta de Resistencia.

La ciudad todavía estaba empapelada con carteles con su cara por las PASO provinciales cuando explotó el caso. En algunos, la frente del gobernador terminó intervenida con una hoja blanca que en mayúsculas dice: “Silencio es complicidad”. Inclinó la balanza a favor del radicalismo provincial y posibilitó su regreso con el triunfo en primera vuelta de Leandro Zdero, después de 16 años de hegemonía peronista.

Gloria Romero, la mamá de Cecilia, está convencida de que, si el caso no hubiera llegado a la prensa nacional, el desenlace hubiera sido otro. Lo mismo sostienen algunos medios locales que recién se animaron a publicar cuando el caso tuvo ese alcance. “Por favor no se vayan, van a tapar todo”, repetían en 2023 los ciudadanos chaqueños que se acercaban a la prensa.

“Estas lágrimas son de alegría y de tranquilidad. Gracias a Dios, estos hijos de puta no van a poder llegar a Ángela (la hermana de Cecilia). No tienen idea de lo que es vivir dos años pensando que vienen por tu otra hija. Muchas veces les confieso que me arrepentí de haberlos denunciado”, dijo Gloria Romero, la mamá de Cecilia a través de sus redes sociales después de que se conociera el veredicto de cadena perpetua para los tres Sena. El mismo 2023, tras el asesinato, se mudó al sur luego de haber sufrido amenazas. Por eso hoy mantiene custodia de Gendarmería.

“La emoción que tengo me hace temblar el cuerpo. Esta causa se llevó mi salud”, dijo la mujer que pidió una y otra vez condena perpetua. Y que los Sena nunca más pudieran “hacer política”. “Hicieron un negocio con la pobreza, con la necesidad de la gente. Eso no tiene que volver a pasar, gente nefasta como esa no tiene que volver a aparecer y si vos la dejás libre es porque no aprendimos nada, no va a cambiar nunca nada”, afirmó en una entrevista con LA NACION.

También apareció entre quienes presenciaron el veredicto Giselle “Reina” Segovia, la profesora de danza de Cecilia que nunca antes había hablado. Fue ella quien publicó su búsqueda. “Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para que se viralice el caso y lo logramos”, dijo.

“Pasé varias situaciones y soy mamá entonces decidí refugiarme. Sabía que iba a llegar a este momento, ahora estoy mucho más tranquila. Pero he vivido muchas situaciones y no me quería exponer tampoco. Fue muy intenso”, sumó con lágrimas en los ojos.

Son muchos los ciudadanos que siguieron el caso al detalle. En algunos bares se transmitieron las audiencias por televisión. Quienes opinan suelen hablar sobre el poder que tenían los Sena, critican sus prácticas y manejos en el barrio, a donde solo se podía entrar con su permiso. Y marcan el fin de los piquetes. Con la detención de Emerenciano comenzó la caída de los principales grupos piqueteros de la provincia. La mayoría ahora está preso a la espera de ser juzgados por distintos delitos. Después de 15 días, terminó el juicio que los medio locales definen como “el más importante de la historia de Chaco”.