Iara Jofré Tejeda: “Llevamos tres meses sin cobrar y perdimos derechos que ya estaban establecidos”

Iara Jofré Tejeda, integrante de la Asamblea de Residentes del INAREPS, denunció en la 99.9 que el nuevo régimen de becas los despoja de su condición laboral y los deja sin licencias, aguinaldo ni reconocimiento profesional. Aseguró que los residentes sostienen su tarea “con solidaridad y vaquitas” mientras esperan respuestas oficiales.

La trabajadora social Iara Jofré Tejeda, residente de primer año e integrante de la Asamblea de Residentes del INAREPS, expuso en la 99.9 la crítica situación que viven los profesionales en formación dentro del instituto. Según explicó, son alrededor de 60 residentes de distintas disciplinas —kinesiología, fisiatría, terapia ocupacional, enfermería, nutrición, psicología, trabajo social y fonoaudiología— que desde hace tres años reclaman mejoras salariales y estabilidad, aunque en los últimos meses el escenario se agravó.

Jofré Tejeda señaló que con el nuevo gobierno se instauró un régimen de contratación que obliga a optar entre “beca ministerio” o “beca institución”, eliminando su condición de trabajadores formales. “Perdemos jerarquía dentro del sistema de salud. Ya no tenemos licencias, ni aguinaldo, ni posibilidad de percibir el SAMU. Pasamos a ser becarios, y eso nos afecta en todos los aspectos”, explicó.

A pesar de trabajar desde septiembre a la par del personal de planta, los residentes no cobraron ningún salario: “Tuvimos varias fechas prometidas que nunca se cumplieron. Llevamos tres meses sin cobrar, tanto residentes como jefes”. Además, denunció que los contratos virtuales que firmaron fueron modificados de manera unilateral: “Nos sacaron los 15 días de estrés, días por asuntos particulares y otros derechos que ya estaban establecidos”.

La falta de ingresos obligó a generar mecanismos de sostén entre compañeros. “Nos ayudamos muchísimo. Hacemos vaquitas y en Trabajo Social las compañeras de planta juntaron mercadería para las residentes de primer año. Pero no todos tienen familia o redes que puedan sostenerlos”, indicó.

La entrevistada remarcó que la residencia es una instancia profesional y no estudiantil: “Somos licenciados que cursamos al menos cinco años de carrera. Venimos a formarnos en rehabilitación y también intervenimos como profesionales. No se está reconociendo ese recorrido ni el aporte que hacemos”.

Finalmente, advirtió que mientras la solidaridad interna sostiene lo cotidiano, las respuestas oficiales siguen sin llegar. “Quienes deberían atender nuestras demandas no muestran la misma solidaridad”, concluyó.