Fabián Calle: “Volvimos a la normalidad histórica de disputas de poder y alianzas cambiantes”

El analista internacional Fabián Calle analizó en la 99.9 el escenario global, marcando el retorno a un mundo de múltiples potencias en tensión, el rol de Estados Unidos, Rusia y China, el devenir de la guerra en Ucrania y la crisis político-militar en Medio Oriente. Advirtió que Israel enfrenta un dilema institucional profundo y que Ucrania podría convertirse en “el pato de la boda” en la reconfiguración estratégica global.

El analista internacional Fabián Calle dialogó con la 99.9 y describió el presente global como un retorno a la lógica histórica de la disputa de poder entre grandes potencias. “Volvemos a la normalidad. La unipolaridad americana posterior al fin de la Guerra Fría fue un momento muy particular, pero lo usual en la historia son zonas de influencia, alianzas cambiantes, tensiones y guerras”, sostuvo. En ese marco, señaló que quienes crecieron bajo el paradigma de instituciones multilaterales fuertes y coordinación internacional deberán asumir que ese período quedó atrás.

Calle explicó que distintos actores considerados “inmovilizados” desde hacía décadas están reconfigurando su rol, mencionando el caso de Japón, cuyo gobierno ya adelantó que defenderá a Taiwán ante una agresión china. “Japón tiene la voluntad política interna y el OK de Estados Unidos para salir del discurso de autodefensa. A eso se suma el rearme alemán, el acercamiento estratégico entre Estados Unidos e India y una serie de movimientos que muestran un tablero en plena transformación”, afirmó.

En ese contexto, señaló que la prioridad de Estados Unidos es China, lo que influye directamente en su aproximación a Rusia. “Trump genera mareo con sus desplantes, pero en el fondo hay una decisión profunda del Estado norteamericano de abrir un canal de diálogo con Rusia. No convertirla en aliada, pero tampoco en enemiga frontal”, explicó. Según Calle, Washington busca evitar “regalarle Rusia a China” y considera que Ucrania se convirtió en una pieza sacrificada de ese juego geopolítico. “Es el pato de la boda. Va a conservar una parte importante de su territorio, podrá entrar a la Unión Europea y tendrá garantías de seguridad, pero difícilmente mejore su posición militar en el terreno. Cuanto más se demore cualquier acuerdo, peor será su poder negociador”, describió.

También remarcó que Rusia paga un alto costo por la guerra. “Pensaron en un conflicto de un mes, llevan cuatro años, con más de 800 mil bajas entre muertos y heridos, una economía militarizada y un futuro complicado cuando el conflicto se detenga. Pero en el campo de batalla, por masa de hombres y artillería, siguen avanzando”, indicó.

Sobre Medio Oriente, Calle identificó dos planos que se retroalimentan: la crisis interna israelí y la situación en Gaza. “Israel enfrenta un dilema que conocemos bien en América Latina: si pesa más un caudillo político y su entorno o las instituciones. En los próximos meses se va a definir si Israel es un país institucionalmente de primer mundo o si deriva hacia estándares del tercero”, advirtió. Consideró que el conflicto interno en torno a Benjamin Netanyahu y su coalición, motivado tanto por ambiciones de poder como por cuestiones judiciales, atraviesa todo el escenario político.

Respecto al terreno militar, sostuvo que Gaza está dividida de hecho en dos zonas: una controlada por Hamas y otra por Israel. “Nada indica que Hamas se vaya a desarmar, ni que Israel retroceda sin ese desarme. Además, la coalición de gobierno de Netanyahu depende de pocos diputados y algunos ministros están empujando a una escalada en Cisjordania”, agregó. A su juicio, la política israelí “ha entrado en una dinámica incomprensible para el primer mundo, pero muy comprensible para los latinoamericanos”, ya que muestra líderes y acciones dispuestos a dañar el largo plazo con tal de sostenerse en el poder.

Finalmente, Calle marcó un cambio profundo en la identidad israelí. “Israel cada vez se parece más a su vecindario. Ese enclave occidental, europeo y filoamericano que conocimos está mutando por razones demográficas, culturales y religiosas”, concluyó.