
Maria Corina Machado ha enfrentado a Hugo Chávez y al Movimiento Bolivariano para el Socialismo del siglo XXI desde el inicio de la aventura comunista en Venezuela.
Y lo ha hecho no sólo con la palabra, sino poniendo el cuerpo en cada ocasión. La historia novelesca de su saga será seguramente, en no mucho más, una producción cinematográfica que dé alas a su valor inconmensurable.
El diario estadounidense The Wall Street Journal ofreció algunos detalles exclusivos de la huida de Machado de Venezuela para poder asistir al homenaje que se le brindó. A saber: que la venezolana salió de su escondite disfrazada y acompañada de dos personas, que logró llegar a un puerto pesquero en el norte del país y que, desde ahí, embarcó rumbo a Curazao, donde tomó un avión privado que finalmente la trajo a Europa. En esa primera información, se contaba que el mar agitado entre Venezuela y Curazao «ralentizó el viaje», lo que podía explicar por qué llegó con horas de retraso y no pudo ser ella, sino su hija, quien recibió el galardón en la mañana del miércoles.
Una aventura en primera persona digna de un film o una serie épica. Pero en la vida real, con los riesgos y peligros de la vida real. Fue un ex miembro de las fuerzas armadas de Estados Unidos quien organizó y logró —con riesgo de vidas— sacar a Maria Corina Machado de Venezuela.
The Wall Street Journal profundiza en los problemas que enfrentó María Corina en su travesía por el mar, y lo cercana que estuvo la tragedia. De acuerdo con las fuentes del medio estadounidense, el fuerte oleaje en el mar Caribe provocó que el GPS del barco de la líder opositora cayera por la borda. Eso, sumado a que un dispositivo de respaldo falló, provocó que la embarcación quedara a la deriva durante horas cerca del Golfo de Venezuela, con una frenética búsqueda por encontrarla. Según Bryan Stern, un veterano del Ejército de Estados Unidos y de la Marina —condecorado con un Corazón Púrpura—, y experto en misiones de evacuación —que asegura que Trump no lo contrató—, el pasado viernes 5 de diciembre, recibió el encargo de «extraer un paquete importante de Venezuela». Una misión que recibió el nombre «Operación Dinamita Dorada», en referencia al Premio Nobel de la Paz y su fundador, Alfred Nobel, inventor de la dinamita.
Sacar a María Corina Machado de Venezuela no solo contaba con el riesgo de eludir las vigilancias del régimen chavista, sino también que el transporte con el que María se embarcó en el mar —una lancha de pesca deliberadamente deteriorada— no fuera confundida con las lanchas que Washington identifica como embarcaciones de narcotráfico y, por tanto, la bombardeara.
Lo precario del transporte que llevó a María Corina hasta Curazao provocó muchos problemas con el fuerte oleaje característico de la zona y, cuando se cumplió la hora acordada para el rescate, la embarcación de María Corina no estaba en el punto pactado. Tampoco se podía contactar con ella. Stern decidió arriesgarse —también había embarcaciones venezolanas por la zona que podían atacar— y esperó, aguardando un milagro que finalmente sucedió cuando la comunicación regresó y señaló que María Corina se encontraba a apenas a unos 40 kilómetros del punto acordado.
Los idus del destino han dado su epifanía. El fin del régimen esta a la vuelta de la historia.