El concejal sostuvo que es “impensable” que Mar del Plata no cuente con una flota operativa para remover vehículos y alertó sobre el impacto directo en la seguridad vial. Apuntó contra la estrategia de abandono de lo público para justificar privatizaciones.
El concejal Horacio Taccone expresó una dura crítica a la situación del área de Tránsito en Mar del Plata y, en particular, a la ausencia total de grúas operativas en la ciudad. En diálogo con la 99.9, calificó el escenario como “terrible” e “increíble” para un municipio de la magnitud de General Pueyrredón, y advirtió que se trata de un problema serio por su impacto directo en la siniestralidad vial.
“Es impensable que una ciudad como Mar del Plata no tenga una grúa. En estos días no hay una sola grúa en funcionamiento y eso no puede suceder”, afirmó Taccone, al remarcar que los inconvenientes en la vía pública ocurren todos los días y no existe forma de resolverlos. En ese marco, sostuvo que la normalización de muertes y siniestros viales es parte de un cuadro alarmante que se agrava por la falta de herramientas básicas del Estado.
El edil planteó que el debate sobre si el servicio de grúas debe ser municipal o privatizado es válido, pero advirtió que el error del gobierno local ha sido “abandonar sistemáticamente” el servicio para luego justificar su privatización. “Podemos discutir si conviene que sea privado o municipal, pero lo que no puede pasar es que el servicio sea inexistente”, subrayó. Para graficar su postura, comparó la situación con intentar vender un auto “sucio, con las gomas desinfladas y que no arranca”.
Taccone también alertó sobre situaciones concretas de riesgo: “Hay un porcentaje altísimo de vehículos que circulan sin seguro. Si uno de esos autos tiene un siniestro grave, no hay forma de removerlo de la calle si la ciudad no tiene grúas”. En ese sentido, remarcó que no se trata de un problema complejo sino de “ponerle un poco de ganas y voluntad”.
Finalmente, el concejal coincidió en que el deterioro no se limita al sistema de grúas sino que alcanza a todo el esquema de tránsito y servicios urbanos. “Si no se ocupan de lo fácil y lo sencillo, imaginemos lo difícil”, señaló, y reclamó que la promoción de la inversión privada no sea excusa para abandonar lo público. “No podemos naturalizar que las cosas funcionen mal y resignarnos a no poder mejorarlas”, concluyó.