Patricio Giusto: “Japón busca protagonismo internacional con gestos simbólicos frente a Rusia y China”

El analista internacional analizó en la 99.9 el adelanto de la asistencia financiera japonesa a Ucrania, la creciente tensión con China por Taiwán y los desafíos estructurales que enfrentan las grandes potencias asiáticas, atravesadas por el envejecimiento poblacional y el aumento del gasto militar.

La decisión de Japón de adelantar la asistencia financiera comprometida a Ucrania volvió a poner al país asiático en el centro del tablero geopolítico. Para el analista internacional Patricio Giusto, se trata de un movimiento que debe leerse más en clave política que estratégica. “Es natural que Japón apoye a Ucrania y esté alineado con el país agredido por Rusia, más allá del diferendo histórico que existe entre ambos por las Islas Kuriles y otras disputas territoriales”, explicó en diálogo con la 99.9.

Sin embargo, Giusto consideró que la medida responde principalmente a una búsqueda de visibilidad internacional por parte del nuevo liderazgo japonés. “Yo lo veo más como otro gesto de esta nueva Primera Ministra queriendo tener cierto protagonismo en la escena internacional, queriendo elevar el perfil de Japón”, sostuvo. En ese marco, recordó que Tokio ya había adoptado posiciones firmes frente a China: “Ya lo hizo confrontando directamente con China, provocando a China con la cuestión de Taiwán y ahora lo hace en la cuestión de Ucrania”.

El analista remarcó que el impacto concreto de la ayuda japonesa será limitado. “Es un apoyo más bien simbólico, nada que pueda tener una gran incidencia”, afirmó, y vinculó el contexto con las versiones sobre una posible propuesta rusa hacia Ucrania. “Ucrania estaría a punto de recibir una propuesta aparentemente ya formal de Rusia. Habrá que ver si es una claudicación, como aquellos famosos 28 puntos, o si estamos ante otra cosa”.

En paralelo, Giusto advirtió que la relación bilateral entre Japón y China atraviesa un momento delicado. “Se agrava la relación bilateral, más allá de que haya salido de los titulares. El diálogo diplomático de alto nivel sigue cortado”, señaló. Según explicó, volvieron a aparecer viejos mecanismos de presión: “Cada vez que hay temas con Japón, reaparece el boicot a los productos japoneses y la amenaza de restringir importaciones. La cuestión está bastante tensa”.

Aun así, descartó una escalada mayor en el corto plazo. “Yo creo que no van a cruzar líneas rojas. Sobre todo China no tiene ningún interés en abrir un frente con Japón en este momento”, indicó, aunque advirtió que “cuando una potencia es desafiada, se ve obligada a dar una respuesta”. En ese sentido, mencionó “los movimientos y despliegues militares de ambas partes”, aunque aclaró que “por ahora es eso y ojalá no pase a mayores”.

Giusto también puso el foco en el impacto social del contexto global. “Cada vez el gasto militar crece más y eso implica menos recursos para el resto de las cuestiones, en sociedades que tienen enormes desafíos”, afirmó. Entre ellos, destacó el envejecimiento poblacional y la caída de la natalidad, fenómenos que afectan de lleno a Asia. “Japón lo viene sufriendo hace más de 30 años y China enfrenta ahora un problema muy serio”, subrayó.

Sobre el caso chino, explicó que se combinan varias tensiones estructurales. “Tenés el problema típico de las sociedades que se desarrollan: se envejece la población”, indicó, y añadió el impacto de la migración interna: “Mucha gente se va a las ciudades a trabajar o estudiar y quedan muchos adultos mayores solos en el campo, en una situación casi de desamparo”. Aunque existen redes estatales de contención, advirtió que “en un país de 1.400 millones de habitantes es una problemática realmente muy seria”.

El analista señaló que China intenta revertir la tendencia con incentivos y mayor apertura. “Se está abriendo el sistema de visas, incluso con régimen ‘visa free’ para estancias cortas y mayor facilidad para trabajar, pero no alcanza”, afirmó. Para Giusto, el problema es de fondo: “Necesitan que los chinos empiecen a tener más hijos. No hay otra forma de contrarrestar una tendencia tan marcada cuando la proyectás a 2030 o 2035”.

Incluso los beneficios económicos resultan insuficientes frente al cambio cultural. “No sabés la cantidad de beneficios que se ofrecen: quien tiene dos hijos y, sobre todo, el que llega a tener tres recibe incentivos impresionantes”, explicó. Sin embargo, reconoció que “la cuestión cultural se impone”, especialmente entre las mujeres jóvenes. “Piensan más en su vida profesional y en otros proyectos, más allá de lo que ofrezca el Estado”, concluyó.

Así, Giusto trazó un panorama donde los gestos geopolíticos, las tensiones regionales y los problemas demográficos se entrecruzan, configurando un escenario complejo para Japón, China y el equilibrio global en los próximos años.