El economista analizó en la 99.9 el cierre de un año “muy particular”, destacó el superávit comercial impulsado por energía, minería y agro, y aseguró que el escenario de dólares y actividad abre una perspectiva distinta para los próximos años.

El periodista especializado en Economía Daniel Sticco analizó en la 99.9 el cierre de un año marcado por cambios profundos y por un clima social inesperadamente calmo. “Fue un año muy, muy particular, muy diferente a lo que se preveía hace uno o dos años, incluso cuando empezó el gobierno”, afirmó, y sostuvo que muchos pronósticos “pecaron de exceso de pesimismo y de desconfianza sobre la capacidad del gobierno para lograr los resultados que finalmente obtuvo”.
Sticco remarcó que, si bien el balance general es positivo, la economía sigue siendo “muy heterogénea”. “No fue una situación similar para todo el mundo, pero el balance del año creo que el gobierno está contento”, señaló, al tiempo que reconoció que los efectos de la recuperación no se distribuyen de manera uniforme.
En ese marco, cuestionó el enfoque de parte del análisis mediático: “Muchas veces seguimos minuto a minuto los vericuetos del presupuesto o si el gobierno va a poder cumplir con los vencimientos de la deuda y la acumulación de reservas, y parece que la preocupación de la gente va por otro lado”. Para Sticco, esos temas “le inquietan más a determinado sesgo periodístico que a la sociedad en su conjunto”.
Al proyectar el escenario económico, destacó el impacto del sector energético y minero en el ingreso de divisas. “Todo lo contrario a un escenario de escasez: pese a que la abundancia de dólares no se manifestó plenamente en 2025 en acumulación de reservas, salvo en las últimas semanas, hubo una balanza comercial tremendamente superavitaria en noviembre, con más de 2.600 millones de dólares”, explicó, impulsada principalmente por energía y minería.
A eso se suma, según indicó, una respuesta muy fuerte del sector agroindustrial. “Hay una excepcional cosecha de trigo que está subestimada en la difusión periodística: estamos hablando de 26 millones de toneladas, cuando históricamente a la Argentina le costaba pasar los 7 u 8 millones”, subrayó. Para Sticco, ese resultado es consecuencia directa de las políticas oficiales: “La baja de retenciones y la eliminación en algunos rubros permeó en el sector agroexportador, y el productor respondió con más oferta en un escenario internacional de muy buenos precios”.
Este proceso, explicó, genera una dinámica distinta a la habitual. “Por primera vez en mucho tiempo, la reactivación y la mejora del consumo vienen más desde la periferia, desde el interior, que desde los grandes centros urbanos”, afirmó. En ese sentido, advirtió que muchos indicadores “miran lo que pasa en Capital Federal y el Gran Buenos Aires”, mientras que “el resultado general muestra una realidad diferente en muchos distritos del país”.
Finalmente, Sticco sostuvo que el cambio de rumbo implica el fin de viejas prácticas. “Estábamos acostumbrados a políticas industrialistas dirigistas, de favoritismo y prebenda: a vos sí, a vos no”, recordó. En contraste, señaló que el actual gobierno apunta a “el equilibrio fiscal, el orden monetario y el orden cambiario”, dejando que luego “el resto se acomode”. Y concluyó: “Se acabaron las políticas sectoriales discrecionales; ahora el sector privado tiene que adaptarse a reglas de juego más claras y generales”.