Surge de la última prueba internacional PISA. Además, están en el podio de los alumnos que más se ratean.
El ausentismo regular representa una oportunidad de aprendizaje perdido, falta de interés y también tiene consecuencias negativas sobre los compañeros de clase, ya que contribuye a que el ambiente de aprendizaje sea disruptivo . Palabras del último informe de la prueba PISA. En los resultados se ve que Argentina quedó mal ubicada en varias cuestiones. Una tiene que ver con las inasistencias: entre 65 países quedó primero en inasistencias y tercero en rateadas.
A los miles de alumnos de 15 años que participaron de esta prueba en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y otros asociados, como Argentina, les preguntaron cuántas veces se habían salteado clases o habían faltado todo el día en las dos semanas previas a la evaluación. Los resultados revelan que el ausentismo es un problema general: el 18% de los estudiantes dijeron que se habían salteado al menos una clase y el 15% que había faltado al menos un día entero a la escuela sin autorización de sus padres. En Argentina –participaron 5.900 estudiantes de 226 escuelas públicas y privadas de todo el país–, el 45% de los chicos admitió haberse rateado y el 58% que había faltado al menos un día de esas dos semanas. En las rateadas, Argentina sólo es superada por Letonia y Turquía. Y en relación al ausentismo, en Argentina el 7% de los estudiantes aseguró que había faltado cinco días en las dos semanas previas a PISA.
“No extrañan los resultados. Cada vez hay más laxitud, porque la idea es que los chicos no queden libres -dice Andrea Testa, docente del Liceo N° 9 de Belgrano-. El tema es que se termina aprendiendo de a cachitos, porque se fragmentan los contenidos y las clases”.
“En todas las épocas hubo chicos que faltaban a la escuela, pero la preocupación ahora es que ese comportamiento ya no parece estar ligado a los significados tradicionales de la vieja rateada, en la que se ponía en juego la transgresión a la ley representadas por sus padres y la institución, sino a la desvalorización de la escuela y la educación –dice la psicóloga Alejandra Landoni, presidenta de la Asociación Argentina de Psicología Integral Prisma–. Es preocupante porque se liga a la falta de proyectos, y a veces en el sinsentido se esconden síntomas de la depresión, como la desesperanza y una mirada negativa del mundo”.