El pan, el más básico de los alimentos, se ha vuelto difícil de encontrar y aún más difícil de comprar. En medio de la guerra siria, los precios varían si uno compra el pan en una panadería del gobierno o en un particular.
Un estudio elaborado por el Comité Internacional de Rescate, publicado por la BBC, indica que en los últimos dos años los precios del pan aumentaron un 500% en algunas áreas de Siria.
“Estos datos nos muestran que la hambruna es ahora una amenaza para varios sectores de la población siria”, advierte el presidente del IRC, David Miliband. Hay ciudades y poblados que se encuentran bajo fuego continuo, donde la falta de combustible, harina y electricidad hacen que tanto el pan como las panaderías sean casi imposibles de encontrar. Por ejemplo, en sectores rurales de Damasco, sitiados por fuerzas del gobierno, y en áreas en el norte aisladas por el accionar de los rebeldes, el pan es símbolo de la privación. Allí, hay panaderías controladas por el gobierno sirio donde el precio del pan no ha cambiado en 20 años.
“En panaderías manejadas por comerciantes privados, tendríamos que pagar 10 veces más”, comenta un ciudadano. Matthew Hollingworth, director del Programa Mundial de Alimentos que depende de Naciones Unidas, señala: “la gente está comiendo menos, comiendo en menos ocasiones y comiendo alimentos de menor calidad. La producción de cereales ha caído un 40% y las importaciones no pueden cubrir ese descenso”.
Pero, además del pan, la gente que hace cola para conseguir una caja de raciones para el mes, también pide cobijas y ropa de abrigo para sus hijos. Esos productos están disponibles en los mercados de Damasco. Pero quienes fueron desplazados por la guerra, no tienen dinero para comprarlos. Algunos se han mudado hasta tres veces en el último año para escapar de la guerra. Perdieron sus casas, sus trabajos, todo.
“Yo preferiría vivir en una carpa donde una vez estuvo mi casa, que tener que vivir así, sin dignidad”, se lamenta Um Aymad, que pide raciones del Programa Mundial de Alimentos para sus 16 hijos y nietos. Ellos huyeron de Moadamiya un año atrás. Según Naciones Unidas (ONU), 6,3 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares y casi la mitad de la población depende de ayuda humanitaria.
Unos meses atrás, llegó el último pedido de ayuda por US$4.400 millones y se consideró en ese momento el mayor llamado humanitario de la Historia. La crisis de Siria es ahora peor, y seguramente cada pedido será catalogado como el mayor.