Investigadoras del Conicet trabajan en un producto biológico para matar insectos sin contaminar.
Hay hongos que matan insectos. En un centro de investigación del Conicet los tienen bien detectados y estudiados. Durante años han realizado pruebas y más pruebas, y hoy están en condiciones de afirmar que en el corto o mediano plazo se podría realizar la transferencia desde los cultivos de laboratorio a envases y, así, elaborar insecticidas biológicos que maten mosquitos, moscas, cucarachas o ‘bichos’ nocivos para las plantaciones agrícolas sin afectar la salud de personas o animales ni contaminar el medio ambiente.
En el Laboratorio de Hongos Entomopatógenos del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave, Conicet-UNLP), la doctora en Ciencias Naturales y profesora de la facultad de Ciencias Naturales de la Universidad platense, Claudia López Lastra, encabeza un equipo de científicas que desde hace más de 20 años estudia a estos organismos que pueden ser la base de insecticidas biológicos. Lo han comprobado.
“Ya estamos en una etapa experimental avanzada en laboratorio, como para pensar en hacer la transferencia en el corto plazo”, dice López Lastra. Transferencia de los hongos a una suerte de envase que contenga un producto líquido o en polvo que mate bien muertos a los insectos, trabajo que debería encarar una empresa especializada. “Los hongos están en la naturaleza, en los suelos, en aguas, pero los hemos encontrado en insectos muertos y los aislamos”, cuenta la científica, para agregar en un lenguaje sencillo que “luego los probamos en insectos sanos y los mataron”.
A partir de ese momento comenzó una larga fase de ensayos con “distintas concentraciones y dosis” de hongos que, una vez aislados de los bichos muertos, se preservaron “vivos en cultivos puros” y se introdujeron en insectos sanos que se crían en el Cepave “bajo condiciones controladas de luz, temperatura y humedad”. El efecto fue letal. La comprobación de que los organismos habían sido “la causa de muerte”, señaló la especialista.
Efecto contagio
Los microscópicos y mortales hongos son de distintos tipos. “Los hay muy específicos, como los que matan a pulgones, moscas blancas y otros insectos muy nocivos para las plantaciones agrícolas, y están aquellos que son muy efectivos contra los mosquitos y las larvas de mosquitos, moscas o cucarachas”, comentó López Lastra.
Además indicó que “los insectos enfermos por un hongo luego contagian a los sanos, ese proceso es similar al de cualquier enfermedad”, explicó la investigadora principal del Conicet. La mayoría de los insecticidas convencionales, además de causar efectos nocivos para la salud animal y humana, provocan resistencia en los insectos, residuos y contaminación en el ambiente. En ese marco, el control biológico aparece como una alternativa ideal a esos productos.
Los hongos que crecen a partir de insectos plaga de la agricultura y de insectos vectores de enfermedades causan su muerte en un plazo aproximado de cinco a siete días, con la posibilidad -como se dijo- de propagar la enfermedad a otros insectos sanos bajo condiciones favorables de temperatura y humedad. “La producción masiva de hongos para lograr un formulado que pueda ser usado como alternativa a los insecticidas químicos se enmarca en un proyecto que tiene por objetivo final lograr la transferencia tecnológica a la comunidad y a las empresas para su producción y registro”, realzó la directora del equipo del Cepave. Particularmente, en el laboratorio del centro se desarrollan varias líneas de investigación en insectos vectores: hongos patógenos de mosquitos y de cucarachas; en insectos plagas de agricultura sobre distintos sistemas agrícolas (hortícolas, cereales, soja, yerba mate, frutales), y en arañas y ácaros.