Los profesionales rechazan los puestos por bajos salarios e inseguridad.
Cecilia Mercado llevó ayer a la medianoche a su pequeña hija a la guardia del hospital San Roque de Gonnet y se encontró con las puertas del área de emergencias cerradas y con un grupo de personas que como ella, esperaba ser atendida. Luego de insistir para que algún pediatra la atendiera, pasó a un consultorio, esperó una hora más, pero como el médico no apareció, decidió ir a una clínica privada.
Ese es uno de los tantos casos que refleja el déficit de atención en las guardias por la falta de profesionales y que preocupa al Colegio de Médicos que anticipa que si no se toman medidas, peligra la atención de los pacientes. Las quejas de los enfermos se multiplica tanto como la de los profesionales.
Mientras unos dicen que pueden pasar horas hasta ser atendidos, los médicos indican que se sienten sobrepasados por la cantidad de personas que concurren a las guardias, por la creciente ola de violencia de familiares o pacientes que se niegan a soportar las esperas y hasta por la inseguridad jurídica por juicios de mala praxis a la que los expone el desempeño de su tarea.
VACACIONES Y VACANTES
Graciela Badín, jefa del servicio de Emergencias del hospital San Roque de Gonnet coincide en que el sistema sanitario atraviesa un punto critico por los puestos de médicos de guardia que quedan vacantes y por un espacio físico colapsado ante el aumento de la demanda. “En estos momentos la mitad del personal está de vacaciones, pero igual hay puestos que no se cubren, los médicos jóvenes ya no quieren hacer guardias porque ganan poco y no se les garantiza la seguridad. El trabajo es mucho y por atender las urgencias se hace esperar al paciente que no está tan complicado; muchos se enojan, patean puertas o insultan a los médicos”, sostiene la profesional.
Uno de los datos que ilustra el problema es que por cada guardia de ese hospital hay un solo pediatra que llega a atender hasta 150 pacientes. La situación es similar en otros centros sanitarios y se plantea frecuentemente en el Colegio de Médicos de La Plata que en las últimas semanas acompañó el pedido de los profesionales del Hospital San Martín para que la Provincia refuerce el plantel de emergentólogos en las guardias y los recursos tecnológicos. “Nos reunimos con autoridades del ministerio de Salud de la Provincia y nos informaron que se dispondrían más cargos y se dotaría al hospital de recursos tecnológicos, pero todavía nada de eso pasó y la situación en ese hospital es crítica”, señala el presidente del Colegio de Médicos Distrito I.
Concretamente los profesionales del hospital San Martín solicitaron la compra de respiradores y monitores, algo esencial si se tiene en cuenta que en muchas oportunidades atienden personas en estado crítico que por falta de camas no pueden derivar inmediatamente a la terapia intensiva. “Por ejemplo en el Hospital de Gonnet un hombre con un accidente cerebro vascular pasó dos días en una cama de la guardia”, afirma Mazzone. Para el profesional el sistema sanitario transita “un camino sombrío y peligra la atención de la gente”, más aún en épocas en las que se dificultan los reemplazos y muchos profesionales están de vacaciones, se toman licencias o se acogen al beneficio de la jubilación.
“Los médicos están mal pagos, trabajan inmersos en la inseguridad jurídica y laboral y sufren un desgaste que les quita las ganas de hacer guardias. Muchos ya no pueden a raíz del estrés”, agrega. En relación a los episodios de violencia registrados en las guardias, el profesional considera que ni los botones antipánicos, ni las cámaras de seguridad que se pusieron en los hospitales lograron revertir la situación. “El ataque a tiros en el Hospital de Gonnet o la moto que atravesó las calles internas del hospital San Martín y casi atropella a un médico son parte de lo que se vive en los centros de salud. Hay que tomar la decisión política de terminar con los desbordes”, sostiene Mazzone.