Recursos humanos

Se sabe que las restricciones a los productos que provienen de otros países, ideadas por el secretario de Comercio Guillermo Moreno, afectan varios aspectos de la vida cotidiana; la salud es uno de ellos. Faltan insumos para traumatología, clavos importados, hilos de sutura, guantes, y en esas condiciones, es muy difícil trabajar.

pag.16 aLa Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP-CTA) ha expresado su preocupación por este estado de cosas, máxime que la suya es un área absolutamente prioritaria y muchas veces de urgencia impostergable porque está la vida en juego.

La lista de faltantes es larga. Incluye sueros, reactivos de laboratorio, algunas drogas (oncológicas, anestésicos, antibióticos), llaves de tres vías, sondas nasogástricas, jeringas plásticas de 20 centímetros cúbicos, suturas mecánicas y hasta tela adhesiva, según el testimonio de los médicos enrolados en la entidad, desde donde se viene alertando desde tiempo atrás sobre estas faltas. Todo esto también condiciona el uso de aparatología médica.

Según autoridades de CICOP, los hospitales hoy están recurriendo, a instancias del mismo Ministerio de Salud, al dinero del SAMO (recupero de las obras sociales) para comprar los insumos que necesitan de manera urgente. Esto implica utilizar recursos que antes se destinaban a otros fines, como las mejoras en infraestructura, para resolver la falta puntual de cada día. Sobre esta situación complicada conversamos con Teresa Leguizamón, titular del organismo médico en General Pueyrredón y además miembro de la CTA.

 

Noticias & Protagonistas: Otra vez están todas las áreas de salud sin insumos necesarios, ¿verdad?

Teresa Leguizamón: Parece que llega esta época del año y nos quedamos sin medicamentos, sin anticonceptivos; siempre decimos que si algo falta, el municipio tendría que resolverlo. Algunos productos vienen de Provincia, después los reactivos de laboratorio los compra el municipio. Ahora estaban faltando desde noviembre y diciembre, siempre estamos con lo mismo. Después hay otras cosas demoradas, como los turnos con especialistas, porque todo el mundo está de vacaciones, y como hay un especialista por cada área, en algunas hay un compañero solo; al tomarse vacaciones y no haber reemplazo, se atrasan los turnos. El tema de la falta de recursos humanos es terrible.

 

N&P: ¿Cómo un especialista por cada área? Eso es muy grave…

TL: Pero es así: en tecnología de niños hay uno solo, audiología hay una sola, algunas especialidades tienen este embudo por haber un solo profesional. Ni les cuento si el paciente pierde el turno, lo que tiene que esperar. Habrá que arreglarlo de alguna manera; es el tema de la famosa flexibilidad. Está el servicio, pero es difícil acceder; en pediatría, donde yo trabajo, como se aumentó la cantidad de pacientes por la asignación universal por hijo, es obligatorio hacer un control del niño por año, entonces hay una cantidad enorme de gente buscando atención pero para la misma cantidad de pediatras, entonces los turnos se dan a cuatro meses.

 

N&P: ¿Esto pasa incluso con los recién nacidos?

TL: No, al menos ese espacio para ellos se mantiene, pero no sucede después de los dos años. La Asignación Universal por Hijo tiene como obligación hacer cumplir los estudios y eso no está mal, el problema es que no damos abasto con los pediatras que tenemos.

 

N&P: Ese sector no contaba con un seguimiento médico, pero ahora, sin el certificado, no cobran. Aprovechando esa circunstancia,  ¿descubrieron algo sobre el estado de esos chicos?

TL: Van apareciendo cosas, por ahí que hay chicos de bajo peso que antes no los veíamos. Esto que se hace es un control del bebé, de su salud, es diferente al de enfermedad, lo que hacemos es más completo. Se lo mide, se lo pesa, se ausculta, se revisa su vista, el corazón, y entonces claro, aparecen cosas. Hay de todo, a veces son problemas de alimentación, otras son de naturaleza cardiológica, en esos casos los vamos derivando. Después hay otro grupo que no tiene obra social y concurre siempre a la sala.

 

N&P: ¿Son dos grupos sometidos a la misma presión del sistema?

TL: Sí, los que tienen trabajo precarizado van a lo público. Siempre tuvimos el problema del recurso humano, algunos médicos se van por la jubilación, por enfermedad, fallecimiento. Y otra cosa que pedimos, si bien se reconoce la inversión en el CEMA, es el mantenimiento permanente de los otros edificios.

 

N&P: Con el CEMA uno recuerda cuando Russak inauguró la sala de Guanahani, hoy territorio comanche: todo está hecho pedazos…

TL: La mampostería, todo está mal. En una época hubo un expediente para adquirir un lote con la idea de construir algo nuevo, estamos pidiendo que ese lugar esté presente en la agenda del intendente. La construcción es precaria, enclavada dentro de las fábricas de pesca, trabada, inadecuada. Cada vez que se abre algo nuevo, tenemos más gastos. El CEMA lleva mucho dinero, lo que no se quiere es que perjudique a las otra 32 salas.

 

N&P: Dicen que una de las razones del faltante en las salas es que el CEMA se lleva el presupuesto como la estrella del sistema, pero el asunto es que tampoco funciona completamente…

TL: Por eso decimos: esperemos que no perjudique todo el funcionamiento, que no se lleve todo el dinero. Hay medicamentos que vienen de Provincia, pero a fin de año eso siempre se reduce. Los anticonceptivos, por ejemplo, venían en diciembre. Hubo un problema con Provincia, pero cuando pasa algo así, el municipio tendría que hacerse cargo y comprar lo que falta.

 

pag.16 bN&P: ¿Cómo hacen con los productos de laboratorio?

TL: Se adquieren por licitación, pero hay que extenderlo y regularizar el suministro. Y otra de las cosas que reclamamos es el famoso juicio en el 2006 por modificación en el escalafón, el tramo profesional para 800 dependientes del municipio, que quedó trabado. Hace un año más o menos, se hizo un reencasillamiento y a los que estábamos en el juicio, el municipio nos castigó: se recategorizó, se aumentó el sueldo, pero a los que fuimos a juicio nos lo negaron. Mantenemos esa instancia laboral desde cuando se fue Katz y llegó Pulti; y el tema todavía está allí, a consideración. No fuimos escuchados nunca. Éramos unos 300, se fueron bajando algunos, creo que somos más de 200 pidiendo que no nos achaten. Comparando con técnicos y administrativos, hemos sufrido una pérdida. Nos desvalorizaron.