Completada su fusión con la Chrysler de EEUU, la unión de empresas se llamará FIAT Chrysler Automobiles (FCA). La casa nacida en Turín sigue siendo italiana, pero tendrá sede legal en Holanda y fiscal en Gran Bretaña.
La FIAT dejó de existir ayer oficialmente como lo que fue desde 1899, cuando nació la Fabbrica Italiana Automobili Torino, fundada por Giovanni Agnelli en la capital piamontesa. El Consejo de Administración anunció en Turín que ahora hay un nuevo logo con fondo azul con la sigla FCA (FIAT Chrysler Automobiles), que legaliza la fusión que ha dado nacimiento al séptimo constructor mundial de automóviles con sede legal en Holanda y fiscal en Gran Bretaña.
Es estéril discutir si FIAT ha dejado de ser italiana porque, en realidad, el corazón de los negocios seguía siempre en manos de la familia Agnelli, pero predominaban otros mercados, como Brasil y Polonia, que producen muchos más automóviles que los seis establecimientos italianos.
FIAT había entrado a la Chrysler en 2009 con un 20% cuando la casa de Detroit agonizaba y se salvó con los italianos pero, sobre todo, con la ayuda del gobierno de Obama. El acto final fue la adquisición del 41,5% de las acciones que estaban en manos de Veba, el fondo sanitario pensionístico de los casi 56 mil dependientes de Chrysler. El anuncio de ayer es el segundo round que formaliza la fusión concretada a principios de este año, cuando FIAT se hizo dueña del 100% de la Chrysler. Pero, ¿puede alguien decir que uno de los tres gigantes del automóvil de Detroit no es más norteamericano aunque sus dueños sean italianos?
La alianza estratégica fue concordada e inspirada por un personaje, el ítalo-canadiense Sergio Marchionne, administrador de FIAT, quien ayer dijo: “este es el día más importante de mi carrera, con el logro de un sueño de cooperación industrial a nivel mundial”. Hace años que Marchionne predice que sobrevivirán en el futuro unos pocos protagonistas globales en el mercado mundial del automóvil, capaces de producir de 4 a 6 millones de coches y vehículos industriales. En este cuadro, el corazón italiano se ha ido achicando. FIAT ha sido siempre sinónimo de Italia, capaz de haberle comprado su empresa a Enzo Ferrari. Y la Ferrari es un gran orgullo industrial y de diseño para los italianos. Pero la saturación de los mercados europeos y las crisis crónicas en Italia han llevado a que la empresa, con capacidad para producir 1,5 millones de autos en los seis establecimientos principales del grupo, haya vendido solo 340 mil en 2013, el peor año de la posguerra. Si no se contaran las ganancias de Chrysler, que el año pasado tuvo beneficios netos de US$ 1.951 millones, FIAT estaría en rojo. En 2013 las pérdidas fueron de 911 millones de euros, en rojo más vivo que los 787 millones que perdió en 2012. Ayer, las acciones de FIAT en Milán cayeron por sus pérdidas en 2013.
La mudanza legal a Holanda y fiscal a Gran Bretaña no cambia la propiedad del nuevo séptimo grupo global, que está en manos italianas. Pero representa un shock, porque ahora las cosas no se ven más desde el Lingotto de Turín, sede del grupo FIAT. En mayo será presentado un nuevo plan estratégico. Se sabrá qué futuro espera a los miles de obreros y empleados italianos.
Italia es un gran mercado en un contexto europeo, así que la FIAT con nuevo rostro seguirá haciendo negocios aquí. Además, el plan estratégico mostrará la importancia de la nueva línea de “máquinas” (como los italianos llaman a sus amados coches) bautizada “Premium”.
En una cadena –en parte mantenida casi secreta– de talleres medianos y chicos, en el mejor estilo nacional de este país con una genial industria pequeña y mediana, se están estudiando, diseñando y carrozando nuevas Masserati, Alfa Romeo, Lancia, maravillosos autos que junto con la Ferrari buscarán el mercado mundial del lujo.
FIAT Chrysler y su nueva sigla FCA es ahora un grupo global. Marchionne prometió ayer inversiones por ocho mil millones de euros este año en Italia y el mantenimiento de los niveles ocupacionales actuales.
“Estamos en un nuevo capítulo de nuestra historia ”, dijo John Elkan, el joven presidente de FIAT que representa a la familia Agnelli. Su abuelo Gianni, antes de morir, lo convirtió en heredero principal para que maneje el paquete de acciones de la FIAT.
El primer ministro italiano, Enrico Letta, lució optimista y dijo cosas interesantes. “Hoy FIAT Chrysler es un actor global y creo que la cuestión de la sede legal es absolutamente secundaria. Cuentan los puestos de trabajo, cuántas unidades se venden, la competitividad y la globalidad”, afirmó en Bruselas, donde se encontró con los jefes de la Unión Europea. Para Letta, lo importante es “la capacidad de una gran marca italiana de ser actor global y todos los italianos deben apoyarla para que eso ocurra”.