Años estuvimos elogiando a Chile por su “Proyecto País”, un modelo creado por la Concertación, el partido de Lagos, de Bachelet, etc. Por él, el presidente de turno, acompañado por centenares de empresarios, recorrió el mundo vendiendo sus productos, haciendo negocios y atrayendo inversores. Nos cansamos de aplaudir esa iniciativa público-privada y de considerarla un ejemplo a seguir.
A seguir por cualquiera, no por nosotros. Porque cuando tenemos exactamente el mismo caso pero desde la Cordillera de los Andes para acá, nos dedicamos a ver por qué viajamos en avión alquilado o en qué hotel pensamos parar. Nadie mira lo importante, nadie ve el fondo. O lo ven, pero no lo dicen. Y no sé qué es peor. Porque es evidente que así, cada día más, lo único que se pretende es alentar el desánimo y el pesimismo social. Para eso, la mentira es apenas una herramienta más, válida y funcional. Pero veamos qué dice la realidad.
A la VISTA
Según un informe del Banco Mundial, los países emergentes con mayores expectativas para los próximos años son Polonia, Indonesia, Vietnam, Turquía y Argentina. A su vez, Takashi Kadokura, investigador del BRICs Research Institute de Japón, habla de la “nueva generación de emergentes en mejores condiciones”, a la que llama “Grupo VISTA”: Vietnam, Indonesia, Sudáfrica, Turquía y Argentina.
Kadokura destaca en estos países un grado elevado de estabilidad política, altas tasas de crecimiento, gran dotación de recursos naturales, fuerza laboral con un nivel importante de capacitación y condiciones favorables para incrementar el comercio. Por su parte, Tsuyoshi Sato, economista de la Universidad Internacional de Osaka, afirma que los países VISTA son sumamente atractivos para la generación de negocios.
La conjunción de intereses entre estos cinco Estados, con diferentes matrices de especialización productiva y prometedores mercados de consumo en razón de sus escalas demográficas, pone de manifiesto el potencial de un puñado de países asiáticos y latinoamericanos “no BRIC” para participar en la nueva estructura de poder emergente no-clásico que se está gestando alrededor suyo.
Teniendo en cuenta la importancia del esquema VISTA y de su “membresía”, Argentina sobresale por sus importantes tasas de crecimiento económico, por su estabilidad política y por la expansión de su comercio internacional durante los últimos diez años. Afirman que es un país capaz de generar una instancia propia de articulación multilateral en forma de foro internacional, y que puede impulsar la creación de foros agro-industriales vinculando experiencias entre empresas en el ámbito bilateral, teniendo como base la complementariedad en materia de intercambio. Que de eso se tratan, precisamente, el viaje presidencial y los contratos y convenios recientemente firmados.
El viaje
Según datos de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), la fuerte caída en las ventas de este tipo de productos a la Unión Europea y Estados Unidos, que en algunos países muestran una merma de 40%, justifican el viaje hacia mercados más dinámicos como los que visitará la delegación argentina.
Los tres destinos, Vietnam, Indonesia y Emiratos Árabes, representaron en 2012 más de 2100 millones de dólares de ventas al exterior de productos industriales alimenticios, con un crecimiento del 216% respecto de 2008. Son mercados fantásticos para la industria de alimentos y con amplia perspectiva de crecimiento.
Vietnam ha experimentado un crecimiento económico cercano al 7% de media anual en estas últimas décadas, donde las exportaciones han pasado de ser casi inexistentes a representar el 65% del PIB y las IED superaron en porcentaje del PIB a las de China. En términos de desarrollo socioeconómico, consiguió reducir la tasa de pobreza y marginalidad pasando del 70% en 1986 al 25% actual.
Las exportaciones argentinas a Vietnam llegaron a los 473 millones de dólares y las importaciones sumaron 121 millones; es decir, aumentos superiores al 900% los últimos ocho años. Pescados, crustáceos y moluscos fueron los rubros que más crecieron. Mientras en 2008 se vendían 1,2 millones de dólares, en 2012 ese número llegó a 28,9 millones, con un crecimiento de 81% respecto del año anterior. En materia de política exterior, Vietnam se ha transformado en un aliado clave de Argentina frente al reclamo por la soberanía de las Malvinas.
Indonesia, por su parte, tuvo un gran crecimiento durante el 2011, con incrementos del 4,4% en momentos en que la crisis financiera tiró hacia abajo las cifras de todos. Luego de las últimas reformas políticas, Indonesia experimentó cambios importantes. En menos de una década, según las estimaciones del Banco Asiático de Desarrollo, su PBI del país creció impulsado por el consumo interno y por el nivel de las inversiones, alcanzando una de las mejores tasas de Asia.
El grueso del potencial de Indonesia para Argentina reside en su enorme mercado doméstico. Es la economía más grande de la región en términos comerciales y demográficos. Comparte con Argentina membresía en el G-20 y se ha transformado en un puente de enlace con otras economías asiáticas.
Las exportaciones a Indonesia tampoco dejaron de crecer en los últimos años. En 2005, las ventas habían sido de US$ 226 millones; en los primeros diez meses de 2012, alcanzaron los US$ 1.297 millones. El 93% de los productos que Argentina exportó a éste país fueron bienes agropecuarias (principalmente harina de soja) y el resto fueron tubos sin costura y ropa. Las importaciones desde Indonesia se mantienen estables desde hace años. Entre enero y noviembre de 2012 sumaron US$ 281 millones y los productos que más se trajeron desde allí fueron ropa, calzados, autopartes y plástico. El saldo superavitario de US$ 1.016 millones que se registró entre enero y noviembre podrá incrementarse este año porque, según estimaciones del FMI, Indonesia va a trepar un 6,3% y será uno de los países de la región que más crecerá.
Con Emiratos Árabes la balanza también es superavitaria, aunque los montos de ventas son mucho menores. Por ejemplo, según el INDEC, las ventas externas en 2011 fueron de 345 millones de dólares (lácteos, hortalizas), pero las importaciones no llegaron a los 35 millones (químicos), dejando un amplio margen a favor. Argentina debe diversificar los países a los que les exporta porque actualmente concentra casi el 50% de sus ventas al exterior en siete naciones (Brasil, China, Chile, EEUU, España, Venezuela y Holanda). Llegó la hora de confeccionar una nueva agenda estratégica, y en eso estamos. Sépalo, por si alguno se interesa en serio.
Pero algunos argentinos son muy particulares: van a un restaurante, piden una sopa y están media hora revisando que no tenga una mosca, un pelo, una pizca de hollín. Cuando se deciden a tomarla, claro, estará helada. Entonces llaman al mozo y le dicen “me trajo la sopa fría” (ni piensan en el tiempo que perdieron, la culpa es del mozo). Se levantan enojados, se van y braman desde la puerta: “No vengo más”. Cansan.
Si hubieran ido con el Tango 01 el planteo hubiese sido “lo ponen en riesgo como a la Fragata”. Como prefirieron alquilar para evitar problemas, dicen “¿por qué pagar?”. O pretenden hacer creer malamente que el hotel de Dubai “nos” sale caro, cuando en realidad lo paga el anfitrión.
Realmente, uno no deja de sorprenderse ante la pobreza intelectual y moral de algunos medios, ni frente al bastardeo de la profesión que hacen algunos periodistas que no resistirían un filtro ético de aquellos que supieron honrar la prensa argentina en el pasado.