El presidente de la Suprema Corte de Justicia bonaerense se mostró “perplejo” por la redacción del anteproyecto oficial; teme que la reducción de penas sea una mala señal para la población.
“Algunas de las propuestas me han dejado un tanto perplejo”, dijo el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, Héctor Negri, al hablar con LA NACION sobre el anteproyecto de reforma del Código Penal.
Con más de treinta años de experiencia en el máximo tribunal provincial, el magistrado advirtió: “Estamos ante un dilema muy fuerte, una materia muy delicada”. Y añadió: “Hay que tener mucho cuidado de que la reducción de penas no signifique una mala señal”.
El ministro de la Corte, que fue asaltado tres veces a punta de pistola en el Gran Buenos Aires, reconoció: “Hoy es muy fuerte la inseguridad y la respuesta a la inseguridad; todos los días hay delitos muy violentos en el conurbano”.
Negri se mostró preocupado por el estado de la sociedad: “La droga es fortísima”. Y enumeró: “La violencia en las canchas, la violencia en las calles”, antes de descerrajar una pregunta audaz para un hombre de la Justicia: “¿Usted cree que con un Código Penal se compone la Argentina?”.
Negri recibió a LA NACION luego de recibir un homenaje del Colegio de Magistrados y Funcionarios de la provincia por su trayectoria como ministro de la Suprema Corte desde la restauración democrática.
Durante la audiencia marcó distancia con algunos artículos del anteproyecto de reforma del Código Penal, como la eliminación de la reincidencia, pero animó a un debate profundo en ámbitos académicos: “Nuestro país necesita un código penal nuevo, que se construya con suma seriedad y no quede librado a circunstancias políticas del momento”.
-¿Qué opina del anteproyecto para reformar el Código Penal?
-Yo animaría un debate profundo. No tengo menor duda de que debe de ser modificado. Seguramente nuestro país necesita un código penal nuevo, construido con prudencia. En este momento, algunas de las propuestas para reformar el Código Penal me han dejado un tanto perplejo. Como me dejan perplejo, como juez, algunas de las respuestas actuales. Estamos en una materia muy delicada. Una coma varía todo un artículo.
-En términos generales, ¿cree que un código penal debe ir hacia un alivio o un endurecimiento de las penas?
-La respuesta es más complicada. El Código Penal es el parche cuando el delito se produjo. Es tarde. Estamos en una sociedad con muy fuertes problemas. La violencia, por ejemplo, en los partidos de fútbol. La violencia en las calles. Las protestas que se expresan con agresiones físicas. El problema es previo al Código Penal.
-¿Está de acuerdo con la reducción de penas para algunos delitos?
-Hay que tener mucho cuidado con los exámenes fragmentarios. El Código es una unidad. Por ejemplo, el tema de la reincidencia. Nosotros, en la Corte, declaramos la constitucionalidad de la reincidencia. No la entendemos como incompatible con derechos y garantías de la Constitución. No existe el agravio constitucional denunciado, pues, el principio non bis in idem no impide al legislador la anterior condena -tomada ésta como un dato objetivo y formal- a efectos de ajustar con mayor precisión el tratamiento penitenciario adecuado para supuestos en los que el individuo incurriese en una nueva infracción legal. Obviamente, las circunstancias de condenas anteriores tienen que hacernos reflexionar sobre las personas que cometen nuevos delitos.
-Además de la reincidencia, ¿cómo evalúa la idea de reducir las penas a delitos como trata de menores, robo agravado o tráfico de estupefacientes?
-El carácter disuasivo de la pena más grave se ha discutido mucho. Pero hay que tener mucho cuidado de que la reducción de la pena no signifique una mala señal. Yo reclamo que la discusión se dé, especialmente, en círculos académicos.
-¿La Presidenta debería ocuparse de otras cuestiones antes de la reforma del Código Penal?
-Debe ocuparse de todo.
-El gobernador destacó que en la provincia se endurecieron las excarcelaciones. ¿Las propuestas legislativas de Scioli tuvieron resultados positivos?
-El endurecimiento en las excarcelaciones puede tener resultados positivos o no. Es muy fuerte la inseguridad y la respuesta a la inseguridad. Todos los días hay delitos muy violentos. Yo fui asaltado tres veces en el auto. Una vez camino acá, a la Corte. Me apuntaron con un revólver en la cabeza a mí y con otro, en la cintura, a mi chofer. Yo tenía un arma acá, en la cabeza, y el chofer, acá [en la cintura]. Eran dos personas, cruzaron la calle, se metieron en el auto y nos sacaron la plata. Estamos expuestos permanentemente. ¿Esto es por el aflojamiento de las penas? Es por el aflojamiento de ciertos vínculos en la sociedad.
-¿La respuesta es la que da la provincia con el endurecimiento de las penas?
-Hubo casos muy difíciles, en los que se han aflojado las condiciones de condena y la persona termina delinquiendo otra vez. Yo he visto jueces decepcionados por sus propias decisiones. Un juez garantista firma un fallo que beneficia a alguien y a la semana este delincuente vuelve a delinquir. Los hechos son tercos? Es cierto, en general, que el endurecimiento de las penas no ha servido. Pero tampoco ha servido aflojar las penas. Han fracasado uno y otro sistema en hechos puntuales. Los dos sistemas han fracasado.
-¿Estamos ante una catástrofe?
-¿Vos creés que no? No usaría la palabra catástrofe, pero estamos ante un dilema muy fuerte. Si ante el endurecimiento de las penas bajara el delito, yo lo suscribo. No fue así. Tampoco el aliviar las penas. Hay un movimiento pendular. Hay problemas que no son posibles de remediar desde la justicia penal. Está el problema de la droga, fortísimo. Muy grave. Los delincuentes han perdido sus códigos.